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6) Fin del Dominio español

Guerra hispano-estadounidense

La Guerra Hispano-Estadounidense se desató entre Espana y los Estados Unidos de América en 1898, durante la infancia del rey Alfonso XIII, cuando ejercía la regencia la reina Maria Cristina de Hasburgo-Lorena, viuda del rey Alfonso XII, siendo presidente del gobierno español Praxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos,William McKinley.

Este conflicto es generalmente denominado en España el desastre del 98, o Guerra de Cuba .Sus principales resultados fueron la independencia de Cuba y la pérdida, por parte de España, del resto de sus colonias en América y Asia (Puerto rico, Guam) y las islas Filipinas.

Los estados unidos incitaron a los independentistas filipinos  y se deciden a intervenir militarmente en este territorio (particularmente en xuelta) después el llamamiento del general Emilio Aguinaldo Famy.

La Armada de los Estados Unidos destruyó dos flotas españolas, una en la Batalla de Cavite, en Filipinas, y otra en la batalla naval de Santiago de Cuba cuando la flota española intentaba sin casi esperanza escapar a mar abierto. El gobierno español pidió en julio negociar la paz.


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6) Fin del Dominio español

Tratado de París (1898)

 

 

El 10 de diciembre de 1898 se firmó en la ciudad de París, Francia, el Tratado que pone fin al régimen español, tanto en la isla de Puerto Rico como en el resto de las posesiones españolas en el Caribe y en la región del Pacífico, tras la guerra hispano-estadounidense.

El tratado se firmó sin la presencia de los representantes de los territorios invadidos por Estados Unidos, lo que provocó un gran descontento entre la población de las ex-colonias, especialmente en el caso de Filipinas, que acabaría enfrentándose contra los Estados Unidos en la guerra Filipino-Americana.

Aunque durante las negociaciones España intento incluir numerosas enmiendas, al final no tuvo más remedio que aceptar todas y cada una de las imposiciones estadounidenses, ya que había perdido la guerra y era consciente de que el superior poderío armamentístico estadounidense podría poner en peligro otras posesiones españolas en Europa y África.

Los negociadores se centraron entonces sobre la cuestión de las Filipinas, con los miembros de la delegación española albergando inocentemente la esperanza de ceder sólo Mindanao y las islas de Sulù , manteniendo bajo administración española el resto del archipiélago, algo a lo que los estadounidenses se negaron en rotundo.

Tras un breve debate, la delegación estadounidense ofreció veinte millones de dólares el 21 de noviembre y exigió una respuesta en un plazo de 48 horas.Eugenio Montero Ríos se sintió insultado y dijo airadamente que él podría responder de inmediato, pero la delegación estadounidense abandonó la mesa de conferencias. Cuando las dos partes se reunieron de nuevo, la reina Maria Cristina había telegrafiado ya su aceptación de los términos.

 

 

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Epílogo

 Después de la Guerra Hispano-norteamericana de 1898, ningún país parecía tener interés en mantener los restos de los más de tres siglos de presencia hispana en Filipinas y Micronesia. Los Estados Unidos deseaban lograr la confianza de la población en su dominio y, obviamente, prefirieron resaltar los valores negativos de los anteriores gobernantes españoles y las virtudes que ellos aportaban. Por su parte, tampoco el gobierno español tuvo excesivo interés en mantener esos lazos con sus antiguos dominios en el Pacífico por un cierto sentimiento de hartazgo y por los acuciantes problemas internos. No obstante, lo mas extraño es que la herencia española se mantuvo relativamente bien durante las primeras cuatro décadas del siglo XX.