El primer fin de semana tuvimos fiesta. El sábado por la noche fuimos a cenar a casa de Diego y Mariana. Buena charla y dos botellas de vino. Con el jetlag que teníamos aguantamos hasta la 1 de la mañana, pero todo tiene un precio: menuda resaca al día siguiente y sin pegar ojo casi toda la noche.
Al día siguiente, Mariana nos invitó a comer por su cumpleaños. Fuimos a un restaurante muy majo de Potts Point (una de las zonas pijas de Sydney). Comimos muy bien y otras tres botellas de vino. Y luego mojitos! En este sitio hacen una competición de petanca, sí petanca de la que se juega en España. Nos apuntamos animados por Diego (nosotros no estábamos muy convencidos). Nos lo pasamos genial. Gracias a Patricia (la “champion”), en una de las jugadas dejó una de las bolas justo al lado de la naranja (usaban una naranja en vez de la bola pequeña) y el que estaba controlando el juego se partía de risa. Fuimos cruzándonos con otras parejas y llegamos a la final. Jugamos con unos profesionales (juegan a la petanca todas las semanas) y perdimos por poco. Nos invitaron a más vino (menudo ciego pillamos al final). Al final a las tantas a casa otra vez. Empezamos bien en Sydney!!