Dejamos lo mejor para el final: el gran arrecife. Es una barrera de coral situada a varios kilómetros de la costa. Contratamos dos días que nos incluía una noche en barco. Fuimos con un barco con mucha gente, algunos a hacer snorkel como nosotros y otros a bucear. Te prestaban todo el material para el snorkel: las aletas, las gafas y un traje de neopreno. Bueno, no imaginábamos lo extraordinario que es esto. Sin duda, lo mejor hasta el momento en Australia.
Hay mucha vida en el arrecife. No sólo es coral, la cantidad de peces y organismos es grandiosa y los colores son muy vivos. Alquilamos una cámara sumergible y nos hinchamos a hacer fotos. Era increíble. Por todos los lados peces y más peces. No sabías para dónde mirar. El coral estaba a un metro de la superficie, aunque en otros bajaba a los dos metros, incluso hasta los 10 y 20 metros. Más atrás era mar profundo y no nos dejaban ir.
Hicimos dos salidas antes de comer de una hora cada una. Nos parecieron minutos. Luego de comer, nos pasaron a un barco más grande que era donde pasaríamos la noche. Otra inmersión en otro sitio distinto antes de cenar. Después de cenar había una salida nocturna, pero a los de snorkel no nos dejaban, algo lógico, porque te podías perder en la oscuridad. Pero en el barco estuvimos genial. Echaron comida a los peces y empezaron a llegar multitud de ellos, incluso veíamos tiburones pasando por debajo del barco. También vimos tortugas y, como no, a Nemo. Vimos todos los peces de la película y nos asombramos de lo bien que mostraba la película las variedades del arrecife.
Por la noche tuvimos fiesta en el barco. Una batería y un par de guitarras amenizaron la noche. Relajaba mucho ver el atardecer mirando al mar. Luego a dormir (estábamos molidos de todo el día en el mar). Nuestro camarote era el más grande de todos. Es una sensación rara el dormir con un barco moviéndose, pero te acostumbras, aunque cuando volvimos a tierra firme todo se movía :D.
Al día siguiente otras salidas. Estas fueron las mejores. Vimos un tiburón de metro y medio y nadamos por encima de él (estaba a un par de metros por debajo nuestra) durante un rato. También vimos algunos peces que cambiaban de color, dependiendo de si estaban sobre fondo de arena o roca, ostras de más de un metro de largo. Luego vuelta al primer barco y regreso a puerto. Lo dicho, lo mejor de todo el viaje.
Great Barrier Reef |