Kuranda es un pueblo cerca de Cairns en medio de la selva. En los años 60 se empezó a fundar una comunidad hippie. Ahora es un lugar muy turístico donde se puede comprar artesanía aborigen, tanto de la original como de la sucedánea barata.
Lo mejor de Kuranda es el viaje, sin duda. Vas en teleférico y vuelves en tren (se puede hacer sólo en tren o sólo en teleférico, o en coche, o al revés, aunque hay una ruta que te permite hacerla a pie). Nosotros fuimos en teleférico. Vas colgado por encima de los árboles, que en algunos sitios superan los 50 metros de altura. Te haces una idea de lo inmensa y densa que es la selva. El recorrido dura 4 kilómetros y tiene dos paradas. En la primera parada tienes un guía que te hace un recorrido y te explica el ecosistema del rainforest. Curioso saber que muchas multinacionales farmaceúticas están comprando terrenos de selva tropical para preservar los organimos que ahí viven. Vimos un árbol que tenía más de 500 años cuyas raíces se extendían a más de 200 metros del tronco. Al ser un sitio con poca tierra, las raíces necesitan meterse entre los huecos de las rocas para mantener el árbol erguido.
En la segunda parada también puedes hacer un recorrido y aquí lo interesante son las vistas sobre la catarata, con poca agua debido a la época en la que fuimos. Llegamos a Kuranda y tuvimos varias horas para ver el pueblo y hacer muchas compras. Los animales están por todas partes. Tomando un café, se nos puso al lado nuestro un sapo muy gracioso, que no paraba de comer mosquitos. Le hicimos muchas fotos y nos acercamos demasiado. Las chicas del café nos dijeron que tuviéramos cuidado, que cuando se asustaba lanzaba un líquido venenoso.
Nos gusta mucho la artesanía aborigen. Está llena de colores y las formas son espectaculares. Claro, lo mejor eran unos cuadros cuyos precios eran prohibitivos (superaban algunos los 4000$).
El regreso lo hicimos en un tren que seguía una antigua ruta de mineros. Las vistas desde el tren eran geniales y paraban en algunos sitios para hacer fotos. Iba muy despacio, por lo que daba tiempo a contemplar con calma todo el paisaje.
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| Kuranda |
