Al empezar a escribir los posts de Sydney, un chico de España, Juan, escribió unos cuantos comentarios preguntándome cosas sobre Australia, si merecía la pena traerse portátil, y alguna cosilla más. No pudimos vernos en Sydney porque yo estaba fuera cuando él estaba aquí.
Pues resulta que el último día en Ayers Rock, mientras estábamos esperando al autobús que nos llevaba al aeropuerto, se me acercó una persona y me preguntó: “eres Miguel, verdad?”. Vaya, en la otra punta del mundo y alguien que me conoce (y que yo no conozco). Resulta que era Juan. Menuda casualidad! No tuvimos mucho tiempo, porque nos fuimos enseguida, pero tuvimos una buena charla y nos reímos. Son esos momentos, con cierta gente, que conectas aunque no nos conozcamos de nada.
Estas son las cosas que te hacen pensar en las casualidades. Casualidad y causalidad. Porque no sólo se encontraba en el mismo lugar (Ayers Rock), el mismo día que yo, sino que se alojó en el mismo hotel (dentro del resort hay varios hoteles) y estaba en la puerta justo en el momento que nos fuimos. Aquí dejo una foto para inmortalizar el momento. Juan: deja en un comentario la dirección de tu blog (tengo la memoria de un pez). Esperamos que os sirvieran las entradas al parque ;-).
Hola Pataliebre!!
Muchas gracias por las entradas al Parque Nacional!!!
El desierto dio mucho de si,te paso el post.
http://elviajedelpajaromasgrande.blogspot.com/2009/03/miguel-supongoen-ayers-rock.html
Todavía estoy alucinando después de nuestro encuentro. Me han ocurrido cosas similares pero no de esta forma.¿Cuándo retornas?, espero que nos veamos por España,seguro!,si no es planificado,nos encotraremos enla cumbre del Aneto o similar!
Hasta pronto!
Un abrazo!!
Buenas:
Estaba esperando tu comentario. Te respondo en tu blog.
Miguel