Hoy vamos hablar de tres botánicas, de gran prestigio y de vital importancia en su campo de estudio, recordemos que la botanica es la rama de la biología que tiene por objeto el estudio de los vegetales, dicho esto, pasemos a hablar de nuestras protagonistas de hoy.
Elizabeth Blackwell (1712-1770) fue una ilustradora botánica escocesa. Que a pesar no poseer muchos conocimientos en el campo de la botánica. Se hizo famosa gracias a sus grabados de plantas del Nuevo Mundo hasta entonces desconocidas, que recopilo en un libro llamado “A curious Herbal” que aun que en un principio tuvo un moderado éxito, en parte por qué se había empleado una innovadora técnica de imprenta, ya que era la primera vez que se usaban las llaves y los enlaces entre texto e imagen, distinguiendo las partes botánicas de cada planta. Este libro fue toda una revelación en años posteriores, principalmente porque existía una necesidad por parte de médicos y botánicos de un diccionario de plantas actualizado. Con esta obra, Elizabeth recibió una mención especial del Colegio de Medicina, y se llego a poner su nombre a una planta la blackwellia
Anna Worsley (1807-1876): botánica inglesa, que participó activamente escribiendo artículos para diferentes revistas científicas del país. Sus conocimientos de botánica eran excepcionales y una gran conocedora de la flora Inglaterra. En 1835 escribió una lista de plantas con flores de la zona de Bristol a la New Botanist´s Guide de Watson. Dos años más tarde participio, como una de las autoras, de un catalogo de plantas de la zona de Newbury. Entre sus obras también destaca “Anecdotes of bats flying by day-light en Zoologist” (1843) y también envió materiales de estudio a Phytologist. A pesar de todo esto actualmente es conocida como artista botánica, principalmente por sus grabados de hongos (más de 700 diferentes), conservados en el Museo Británico. A pesar de esto, fue una de las botánicas más importantes de su época.
Marianne North (1830-1890): Conocida artista, botánica y viajera. Que gracias a sus numerosos viajes por el mundo, como Canadá, Jamaica o Estados Unidos, estudiando e introduciendo numerosas especias hasta entonces desconocidas. Su familia era intima amiga de Charles Darwin, y fue él, una de las razones por las que Marianne North decidió irse a estudiar las especies de Australia, Nueva Zelanda, y África entre otros. Cuyo viaje culminó con 832 pinturas de la flora autóctona. También viajó a Tenerife en donde amplió su colección con 29 obras más basadas en la flora de la isla. El real Jardin botánico de Kew alberga en una de sus alas parte de la colección de Marianne North.
En honor de esta pintora inglesa fueron bautizadas con su apellido varias plantas: Areca northiana, Crinum northianum, Kniphofia northiana, Nepenthes northiana y Northea seychellana.