Conclusiones

La idea central de este trabajo consiste en que el sexo ha sido el factor más importante que ha configurado la vida de las mujeres europeas. A diferencia de los hombres, que podían englobarse por clases, profesiones,… las mujeres siempre han sido consideradas ante todo mujeres, como categoría distinta y única. Nacer mujer es la primera premisa que define la experiencia de las mujeres, las distingue de la de los hombres y confiere un rasgo básico común a las vidas de todas las mujeres europeas.

El segundo factor clave para las mujeres es que, hasta hace poco, toda mujer se definía por las relaciones que esta tenia con los hombres.  Es decir, muchas mujeres eran incluidas en la documentación histórica solo como mujeres de los hombres. Una mujer se identifica primero como hija de su padre, mujer o viuda de su marido y madre de su hijo. No importa su época en la historia, su clase o rango social; la mayoría de las mujeres han vivido dominadas por los varones. Incluso si ingresaban en las órdenes religiosas eran definidas por su rechazo al matrimonio   y se consideraba “esposa de Cristo”. Como miembro de la familia se ha considerado que tener hijos y el cuidado de estos y de la casa eran las tareas predestinadas y apropiadas biológicamente para las mujeres.

Algunas mujeres han sido capaces de sortear estas limitaciones. Las mujeres ricas y aristócratas tradicionalmente pagaban a otras mujeres para ocuparse de sus hijos y ayudarlas a llevar sus hogares. Algunas mujeres extraordinarias gobernaban como reinas por derecho propio. Unas pocas mujeres de talento lograban ser artistas y escritoras. Pero  todas las mujeres europeas, fueran reinas o monjas estaban sometidas todavía a otro factor limitador; las opiniones de la cultura de carácter negativo hacia ellas. Al ser considerada imperfecta por naturaleza, y por tanto inferior al hombre, se suponía que toda mujer debía estar sometida a este. Esta subordinación parecía formar parte del orden natural. A una mujer que gobernaba sobre los hombres. Que ejerciera una función dominante, ya fuera  desde un trono o dentro de una familia, se la consideraba “masculinizada” y un peligro para la jerarquía natural del universo que sitio al hombre en primer lugar.

A pesar de estos impedimentos y restricciones,  las mujeres siempre buscaron conceder valor a sus vidas. Algunas mediante la función reproductora y la nutrición de las generaciones venideras, otras mantener a su familia con su trabajo. La mayoría no se rebelaron o si lo hicieron no dejo huella. La ideología de inferioridad de las mujeres estaban tan profundamente arraigada en la estructura de las vidas de las mujeres y hombres, que pocos la cuestionaban. La mayoría de las mujeres europeas se acomodaron en la institución de la familia dominada por los varones, que les garantizaban la subsistencia, les ofrecían un compañero para toda la vida y les inspiraban seguridad. Pero algunas hicieron más que eso, concediendo  a sus vías valor y poder, pese a las desventajas de su sexo, como la mayoría de las mujeres mencionadas en este trabajo.

 

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La mujer y la ciencia

El nacimiento intelectual de la Revolución científica les impulsó a examinar y descubrir el universo y de sus fuerzas, la naturaleza del cuerpo humano y de sus funciones. Los hombres utilizaban telescopios y rechazaban la tradicional insistencia sobre la superficie lisa de la luna. Galileo, Leibniz y Newton estudiaron e hicieron gráficos de los movimientos de los planetas, descubrieron la gravedad y la autentica relación entre la tierra y el sol. Fallopio disecciono el cuerpo humano, Harvey descubrió la circulación de la sangre, y Leeuvenhoek descubrió espermatozoides en su microscopio.

Para las mujeres, sin embargo no hubo Revolución científica. Cuando los varones estudiaban la anatomía femenina, cuando hablaban de los órganos reproductores de la mujer, del papel de esta en la procreación, dejaban de ser científicos. Sus conclusiones sobre las mujeres estaban gobernadas por la tradición y la imaginación, no por la observación científica. Los escritos de autores clásicos como Aristóteles y Galeno siguieron teniendo la misma autoridad que cuando fueron escritos, mucho después de que se hubieran dejado de considerar en otras áreas. Los hombres hablaban en nombre de la nueva ciencia, pero sus palabras procedían de la antigua misoginia. En nombre de la ciencia dieron una supuesta base fisiología a las ideas tradicionales sobre la naturaleza, la función y el papel de la mujer. La ciencia reafirmaba lo que los hombres siempre habían sabido lo que la costumbre, la ley y la religión habían postulado y justificado. Con la autoridad de su investigación “objetiva” y “racional” reinstauraron antiguos supuestos y llegaron a las mismas conclusiones tradicionales: la innata superioridad del varón y la justificante subordinación de la mujer.

Como había descubierto Marie de Gournay, la ensayista francesa del siglo XVII, quienes se dedicaban al estudio científico veían a las mujeres como si estas fuesen de una especie diferente, menos que humanas, en el mejor de los casos, un error de la naturaleza, adecuadas solo  a complacer al hombre.

Marie Le Jars De Gournay

El modelo de obra médica era Gynaecea, continuamente reeditada en las últimas décadas del siglo XVI, incluía autoridades clásicas como Aristóteles y Galeno y, por tanto, la idea de inferioridad de la mujer. En el siglo XVII, en un examen para médicos aparecía la siguiente pregunta retorica: “¿es la mujer una obra imperfecta de la naturaleza?”

Los textos médicos y científicos apoyaban la limitada capacidad de las mujeres. Malebranche, el filósofo francés del siglo XVII, comentaba que las delicadas fibras del cerebro femenino hacían que las mujeres fueran extremadamente sensibles a todo lo que les llegaba; por tanto, ellas no podían manejar ideas o formar abstracciones. Sus cuerpos y sus mentes eran tan débiles que debían permanecer dentro de los confines protectores del hogar para estar a salvo.

Ningún estudio del cuerpo humano femenino  conllevo a apartar  esos conceptos erróneos sobre los órganos reproductores de las mujeres. En las ilustraciones, el útero seguía apareciendo con forma de frasco con dos cuernos y los manuales para comadronas daban al feto, el papel principal en el parto. Como en los textos médicos griegos y romanos, en esos nuevos  tratados científicos se asumía que los cuerpos de las mujeres regían su función principal, la procreación. Aun así, esta función se devaluaba. Toda la evidencia de la disección y el razonamiento deductivo reafirmaron la superioridad del papel en la reproducción. Los hombres descubrieron el espermatozoide pero no el ovulo. Creyeron que el semen era el único agente activo. Como había hecho Aristóteles casi dos milenios antes, el estudio científico del siglo XVII mantenía la hipótesis de que las hembras proporcionaban la materia, mientras que la vida y la esencia procedían del esperma.

Estas denigrantes y erróneas conclusiones se vieron reafirmadas por la obra del científico inglés del siglo XVII William Harvey.  Tras descubrir la circulación de la sangre, Harvey se dedicó al estudio de la reproducción humana, publicando sus conclusiones en 1651. Diseccionó a una cierva en todas las etapas de su ciclo, preñada y no preñada. Estudio a los pollos y a los gallos. Con toda esta disección y observación, realizo una hipótesis para explicar  la procreación.la mujer, como la gallina con el huevo no fertilizado, proporciona la materia, el hombre da vida y forma a esta última. El semen afirmaba, tenía un poder casi mágico.

La anatomía y la fisiología confirmaban la innata inferioridad de la mujer limitada a la función reproductora. También nadie ponía en duda la conexión fisiológica y la naturaleza: El papel determinante del útero sobre el comportamiento femenino. La potencial influencia de este órgano confirmaba a irracionalidad de la mujer y la necesidad de que esta tenía de aceptar un papel subordinado al varón.

Rabelais tomo la opinión de Platón sobre las necesidades del útero, la idea de que este si se le negaba el intercambio sexual, conllevaba a que la mujer pareciese lo que se conocía como  histeria. Carecer de menstruación significaba tener un útero enfermo. Tan solo el contacto sexual con el hombre podía prevenir o curar esta condición. Si el útero no tenia tratamiento, no podía presionar otros órganos, o causar convulsiones o volver loca a una mujer. Por consiguiente, el varón seguía siendo agente de primordial importancia en la vida de la mujer. Esta era inferior por naturaleza, potencialmente irracional y propensa a la enfermedad y a la locura sin la oportuna intervención  del varón.

Muchas cosas cambiaron entre los siglos XV y XVIII con respecto a la forma en que hombres y mujeres concebían el mundo, sus instituciones y actitudes. El renacimiento ofreció la exaltación de una sociedad en la que el individuo podía liberarse de sus limitaciones tradicionales. Dentro del espíritu del humanismo y la investigación científica, los hombres cuestionaban y volvían a formular supuestos sobre las capacidades de la mente humana y sobre el mundo natural. Evolucionaron nuevos métodos de razonamiento y discurso, de observación y experimentación, que hicieron que se produjera una reorganización en las ideas sobre el universo y que se realizaban descripciones más exactas del mundo de las cosas  que les rodeaban, incluyendo el propio cuero humano. Sin embargo, en lo referente a cuestiones sobre el papel de la mujer  y su cuerpo, no se firmaron nuevas hipótesis. En vez de eso, inspirados por el movimiento intelectual, los hombres argumentaban aún con más rigor los mismos y antiguos preceptos, adornado las viejas creencias. En lugar de romper con la tradición, las nuevas hipótesis se centraban en las tradiciones clásica, religiosa, literaria y la establecida por la costumbre. En  lugar de ser liberadas, las mujeres se veían cada vez atadas con cada vez mayor: obras de eruditos y juristas en las que se explicaba la incapacidad “natural”  y legal de la mujer, romances y baladas que contaban historias de damiselas sin castidad y de esposas vengativas cuya misión era la de amargar la vida del hombre.

Aunque estas actitudes misóginas florecieron y se expandieron, la defensa de las mujeres también había comenzado. En el  libro de la Ciudad de las Damas de Christine de Pisan, pregunta por qué nadie había hablado a su favor, por qué esa visión negativa con respecto a la mujer había continuado. Ella comenta en su libro: “permíteme decirte que lo que tiene que estallar,  estallará en su momento oportuno”

Imagen sobre la ciudad de las damas

El mundo de lo cortés había ampliado los límites de las expectativas femeninas y había dado a algunas mujeres mayores oportunidades. No obstante para la mayoría,  no conscientes  aun de su posición desfavorecedora y subordinada, los cambios de las condiciones materiales tuvieron un impacto muchísimo mayor. Desde el siglo XVII hasta la actualidad, cada vez más mujeres fueron capaces de vivir la vida que solo unas pocas pudieron tener en épocas anteriores.

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Opciones para las estudiosas

En el siglo XVIII, Emelie du Châtelet había logrado estudiar y escribir, casarse y tener

Margarita de Navarra

hijos. En el siglo XVI, Margarita de Navarra, como reina con corte propia, pudo hacer lo mismo. La mayoría de las mujeres, sin embargo, sabían que debían elegir. Una vida de estudio no se compaginaba fácilmente con una vida de entrega a las necesidades de una familia. Incluso las más brillantes y aquellas que tenían el apoyo de sus familias raramente escapaban a lo que se esperaba de ellas como mujeres, a los papeles y funciones establecidos para ellas. Cuando se tenía que elegir, su estudia y sus propios deseos se resentían.

En la mayoría de los casos, las mujeres estudiosas de la Italia de los siglos XV y XVI se casaba  cuando sus padres insistían en ello y encontraban imposible combinar sus responsabilidades de esposas y madres con las del estudio. Tanto Ginerva Nogarola como Cataruzza Caldiera se casaron, tuvieron hijos y abandonaron por completo sus estudios y sus escritos.  Cecilia Gonzaga (1425- 1451) deseaba retirarse a un convento y la paz que ello suponía, pero en vez de eso su padre planeo un matrimonio político para ella. Casandra

Cassandra Fedele

Fedele (1465-1558) acepto el matrimonio de mala gana a los 33 años y continúo sus estudios, pero no logro completar ni siquiera una de las tres obras importantes que había planteado realizar. Margaret More se caso a los 15 años y se convirtió en esposa y madre ejemplar de los cinco hijos que sobrevivieron. Pese a sus poco ortodoxas opiniones sobre la educación de las mujeres, su padre sir Thomas More (en español Tomas Moro), nunca imagino otra vida para ella.

Margaret More

Algunas mujeres estudiosas desafiaban a sus padres y a las tradiciones de la sociedad y vivieron su propia vida fuera del matrimonio. Constanza Barbaro, hija del humanista veneciano Francesco Barbaro, tomo órdenes religiosas para poder estudiar. Escogió un convento y la fe católica como refugio protector. Otras no deseaban estar bajo ninguna autoridad, ni de la familia ni de la iglesia, y como veneciana del siglo XVII, Elena Cornaro, hicieron por sí mismas voto de castidad y crearon su propio mundo recluido.

La más conocida de estas mujeres que eligieron seguir su propia vida de reclusión laica fue Isotta Nogarola de Verona (1418- 1466) que hizo voto de castidad a los 23 años y se recluyo en una habitación en casa de su madre. Desde este refugio, mantenía correspondencia con el humanista Ludovico Farnesini y por medio de estos contactos escribió sus dos obras importantes, Dialogo de Adán y Eva y Oración sobre la vida de San Jerónimo.

Isotta Nogarola

 

Los eruditos varones de estos siglos, como Farnesini, idealizaban a las mujeres que hacían esta elección y vivían, como el imaginaba, no sabiendo “lo que es el deseo” ajenas al “placer”, encontrando la comodidad desagradable. Para él como para sus contemporáneos, estas mujeres, al escoger una casta vida de estudio, se habían situado aparte del resto de las de su sexo. Libres de las necesidades normales, dedicadas al perfeccionamiento de sus mentes, podían superar los impedimentos asociados con la naturaleza femenina; eran casi varones. Esta idea de transformación a través del estudio y la castidad no es sino una versión secularizada de las recompensas  que aconsejaban que hicieran voto de castidad, que realizaran sus estudios y actos de devoción.

Otros eruditos tenían nociones similares con respecto a los efectos transformadores de la educación sobre la naturaleza femenina. Los contemporáneos describían a Cassandra Fedele como un “milagro”, una alma masculina en un cuerpo femenino. Alababan a Margarita de Navarra por sus escritos eruditos, tan excelsos “que apenas podría creerse que estuvieran realizados por una mujer”

 

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Elena Lucrezia Cornaro Piscopia

Elena Lucrezia Cornaro Piscopia (1646 – 1684): fue la primera mujer en la historia en doctorarse en filosofía.

Elena Lucrezia Cornaro Piscopia

Nació el 5 de Junio en el seno de una familia noble veneciana.   Fue la tercera hija de  Juana Bonilla Zanetta y  Giovanni Battista  Cornaro- Piscopia. Su padre era e l procurador de San Marco, lo que le daba derecho a  un alojamiento en la famosa plaza.  Su padre la educó dentro del  movimiento humanista pero no fue el, si no  un cura quien se dio cuenta de las increíbles habilidades de Elena Lucrezia.   Desde entonces, su familia procuró  buscarle un tutor formal para que profundizase más en su educación. Así,   llego a aprender  latín, griego, árabe, el caldeo, Inglés, francés, hebreo y español. También estudió ciencias, las matemáticas y la astronomía, así como la filosofía y la teología. Mostrando un mayor interés por el razonamiento, la filosofía y la teología. Pero no solo eso,  ya que también se dejo cautivar por la música. En muy poco tiempo, supo dominar  con gran maestría el  clavecín, el clavicordio, el arpa y el violín.

A los 14 años hace secretamente voto de castidad y evita a partir de ese momento cualquier intento paterno de casarla. Su mayor anhelo era dedicarse a la caridad. En 1672 quería entrar a la Orden Benedictina, pero su padre le negó el permiso. En cambio, su la envió a la Universidad de Padua para continuar sus estudios. Quien le insistió para que Lucrecia tuviera el reconocimiento público de sus estudios, durante todos su periodo de estudiante.  En un primero momento Elena Lucrezia Cornaro Piscopia solicitado un Doctorado en Teología por la Universidad de Padua, pero su solicitud encontró resistencia. Funcionarios de la Iglesia se negó a otorgar el título de Doctor en Teología a una mujer. Como resultado de ello, solicitó por segunda vez. Esta vez, le dieron un doctorado en Filosofía.

Sello de la Universidad de Padua

Italia estaba más avanzada que el resto de Europa y ya había mujeres que estudiaban ciencias y matemáticas en la Universidad, pero  Elena Cornelia optó por el doctorado en teología, tropezando con la intransigencia de la iglesia que no podía concebir que una mujer enseñara a los monjes. Así que decide preparase el doctorado en filosofía.

Elena Lucrezia Cornaro

Su examen de doctorado es legendario: iba a producirse en el salón de actos de la universidad, pero hubo tal afluencia de público que tuvo que defender su tesis sobre el Análisis y la Física de Aristóteles en la catedral. Su examen fue tan brillante que el 25 de junio de 1678 consiguió ser la primera mujer  en doctorarse en el mundo. Tenía 32 años.

Si bien dominó casi todas las ramas del saber, en la  universidad  de Padua enseñó a estudiantes de toda Europa matemáticas. Poco después decide ingresar en la orden benedictina y dedicarse a la caridad.

Muere, posiblemente de tuberculosis, el 26 de Julio de 1684. Está enterrada, según sus deseos, en el monasterio San Giustina de Padua.  Su obra se publicó después de su muerte, en 1688 en Parma.

Iglesia de Santa Giustina (Padua)

 

 

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Medicas españolas

Y para terminar el ciclo de médicas, hoy vamos hablar de dos medicas españolas, que hicieron historia, con sus aportaciones a esta ciencia.

Luisa Olivia Sabucos de Nantes Barrera (1562- 1588):
Filósofa y medica española, nacida en  Alcaraz, Albacete).  Fue hija de Miguel de Sabuco, médico de formación autodidacta que ejercía de boticario.   Se desconoce datos de su infancia y formación. Los primero datos que se conocen de ella,   son de cuando contrajo matrimonio con Acacio de Buedo en 1580.

Su mayor aportación a la medicina fue la publicación de su libro La Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos; la cual mejora la vida y la salud humana, publicada en 1587 y reimpresa entra 1588.Así pues, el libro es un compendio de medicina e higiene, con opciones de psicología, filosofía, moral y religión. La finalidad de esta obra era reformar la enseñanza de la medicina de la medicina y la filosofía, que la autora consideraba erróneas. Una de las aportaciones más notables de la Nueva Filosofía fue el tratamiento propuesto para la peste, que se alejaba de creencias existentes respecto a su contagio y su prevención. Hasta entonces, se consideraba que la mejor prevención era el aislamiento de los enfermos. Olivia Sabuco determino que el contagio se producía a través del aire, lo que hacía del todo inútil en citado método, proponiendo en su lugar la quema de plantas aromáticas, como el romero, el enebro, o la salvia para llenar el aire de buenos olores y purificarlo. Otra destacada aportación fue su descripción de la circulación de la sangre, que aunque era entonces conocida, la médica completó escribiendo la circulación menor. La obra también sobresale a nivel literario por su estilo claro, conciso y, al mismo tiempo, erudito, expresando sus ideas en castellano y en latín.

Aunque se a cuestionado  durante mucho tiempo si fue realmente Olivia quien escribió  el libro.  Ya que también se le atribuye a su padre, Miguel de Sabuco. Al margen de esta cuestión, las ideas sobre la medicina e higiene expuestas en Nueva filosofía ponen de manifiesto una amplia cultura poco frecuente en la época, así como el conocimiento de las ideas más novedosas del momento. Sus teorías sobre la circulación de la sangre, la localización del alma en el cerebro, la sustancia nerviosa y su original estudio de las pasiones son formuladas a partir de la lógica y desde un criterio independiente.

Luisa Olivia Sabucos de Nantes Barrera

Luisa Rosado (siglo XVIII):
Matrona toledana.  La documentación que se conserva apenas aporta datos de su vida, llegando a ser desconocida incluso el año de su nacimiento y el de su fallecimiento.  Todo lo que se conoce de su formación son hipótesis. Se cree que probablemente  fuera una mujer viuda y que sus conocimientos en el campo de la obstetricia  debieron ser empíricos y fruto de su experiencia profesional  ya que no existe documentación alguna de su formación.  Los primero datos que se conocen de ella, es en el año 1765 cuando consiguió el título de “Arte de Partera”, concedido por el Tribunal del Real Protomedicato. Inicialmente, ejerció  en la ciudad de Zamora; pero desde 1768 trabajo como matrona para el real Colegio de Niños Desamparados de Madrid.

En esa época, Luisa Rosado inicio un proceso legal para obtener el permiso del Tribunal de Protomedicato para anunciar públicamente sus servicios de asistencia en partos complicados debido a la retención de la placenta y ofrecer un emplasto preventivo para los abortos espontáneos de su invención. Ambas actividades estaban vedadas entonces a las matronas, ya que los partos con cierta dificultad debían ser asistidos por médicos o cirujanos, a quienes se les consideraban mejor capacitados.  El pleito entre ambas partes duró años,  e incluso se pidió que quien estableciese la resolución fuera el propio rey Carlos III.   A pesar de que no consiguió su objetivo, Luisa Rosando fue una matrona que ejerció, como profesional, su oficio y aspiro a ser socialmente reconocida como tal. Esta actitud, pionera en su época, subvertía el nuevo orden que iba imponiéndose en la práctica médica, el cual no era ajeno a la concepción social imperante de que las mujeres eran inferiores intelectualmente.

 

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Médicas (2ª Parte)

Seguimos con la entrada de científicas relevantes en el campo de la medicina.

Anna Morandi Manzolini (1716- 1774)
Anatomista italiana que nació en Bolonia, en un momento en que la ciudad se estaba volviendo famosa por su investigación y la enseñanza de las ciencias naturales. En 1740 se casó con Giovanni Manzolini, un artista que había comenzado como aprendiz con un modelador de cera . En 1745 la pareja comenzó a trabajar juntos, tanto en el estudio de la anatomía y su representación en cera.

En 1755, cuando tenía 39 años, su esposo de Morandi murió, dejándola con dos hijos. Ese mismo año fue galardonada con una pensión anual de por vida por el Papa Benedicto XIV, en reconocimiento a su habilidad. Ella se convirtió en miembro de la Academia de las Artes, que formaba parte del Instituto de la Ciencia. En 1760 se le dio el título de la Cátedra de Anatomía de modelado en la Universidad de Bolonia.  Inusual para la época ya que este honor solo lo ostentaban hombres. Murió en 1774, pero su trabajo ha seguido influyendo en los estudios anatómicos.

 

Anna Morandi Manzolini

 

 

Anne Marie Gillain Victorine (1773-1841):
Comadrona francesa educada por monjas, cuya orden trabajaba para el hospital  de Étampes.  Aunque se caso en 1897, enviudo al principio de su matrimonio. Aun así se convirtió en una  estudiante famosa y en 1800 obtuvo su diploma en obstetricia. Trabajo como ayudante  de Louise Lachapelle durante 11 años. Después de una disputa con Lachapelle, dimitió y decidió trabajar de forma remunerada en un hospital de madres solteras. También se convirtió en directora de varios hospitales, incluyendo el Hospital General de Sena y Oise en 1814, un hospital militar temporal en 1815, el Hospicio de la Maternidad en Burdeos, y la Maison Royale de Santé.  Incluso llegó a rechazar una oferta de trabajo de la emperatriz de Rusia.

Además de dirigir estos Hospitales realizó varios descubrimientos, como por ejemplo fue las causas de ciertos tipos de hemorragias, así como las causas del aborto involuntario y enfermedades de la placenta y del útero.  Entre sus aportaciones a la obstetricia, se encuentra  su invento del pelvímetro y vaginal con espéculo, que se utiliza para dilatar la vagina y examinar el cuello uterino . También fue uno de los médicos practicantes de primero en utilizar un estetoscopio para escuchar el feto latido del corazón.

Entre sus obras destacan:

Arte de Obstetricia (1812) Fue utilizado por los estudiantes de medicina y parteras .  El trabajo recibió una recomendación del consejo general de los hospitales de la ciudad de París.

Una de las frecuentes y menos conocidas Causas del aborto (1833) el cual fue galardonado con una mención de la Sociedad Real de Medicina de Burdeos.

Gracias a su brillante carrera, recibió honores. En 1814, el rey de Prusia le otorgó la Orden del Mérito. En 1827, recibió un doctorado honoris causa médica de la Universidad de Marburg en Alemania. A pesar de estos logros y la pertenencia a la celebración de varias sociedades médicas,  nunca fue  reconocida por la Academia de medicina de Paris. Murió en 1841 al poco de haberse retirado y viviendo en la pobreza en el momento de su muerte.

James Miranda Barry Stewart (1795-1865)
Fue una mujer inglesa que utilizo en nombre de James Barry para graduarse en la Universidad de Edimburgo en 1812, como hombre.  Continuó el engaño como  cirujano del ejército hombres hasta su muerte, alcanzando el rango de Inspector General de Hospitales del Ejército. Su identidad sigue siendo un misterio. Que contó con la ayuda personas influyentes en su engaño como el conde de Buchan  quien impidió que le realizasen un chequeo médico para entrar en el Ejercito. Durante su servicio en el Cabo de Buena Esperanza Barry realizó una operación cesárea con éxito. Ella fue nombrada Inspector general de Hospitales de Alto y Bajo Canadá en 1857, y así convertirse en a primera mujer en ejercer la medicina en Canadá.  Al morir la autopsia reveló que era mujer, lo que confundió al Departamento de Guerra inglés y a la Asociación Médica. El hallazgo no se divulgó y el doctor Barry fue enterrado oficialmente como hombre.

Marian Charlotte von Siebold Heidenreich ( 1788 – 1859 )
Fue la primera mujer médico en Alemania. Charlotte se interesó en la medicina desde pequeña, y para ello comenzó a leer en los libros del su padre de anatomía y fisiología .  Su padre trató de educarla en el campo de la obstetricia, de la que diplomó en 1817. Charlotte von Siebold trabajó en el hospital de maternidad de sus padres. Ella daba clases a las matronas.  1845 fundó en Darmstadt, un dispositivo para la atención obstétrica de los ciudadanos pobres. Disfrutó de una excelente reputación, y fue llamada varias veces por familiar de la alta sociedad  de toda Europa, entre ellos el de  Victoria , duquesa de Kent, la madre de la difunta reina Victoria , y la duquesa Luisa de Sajonia-Coburgo y Gotha , la madre del futuro esposo de la reina Victoria, el príncipe consorte Alberto , en los nacimientos de sus hijos.

Sus conocimientos de obstetricia eran muy amplios, y en concreto se especializó en embarazos extrauterinos, lo que le aportó  mucha fama entre las familias de alta alcurnia que temían que sucediese algún imprevisto durante el embarazo. Los embarazos extrauterinos era un campo poco conocido, por lo que se considera una de las pioneras en este campo.

 

Marian Charlotte von Siebold Heidenreich

 

 

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Médicas (1ª Parte)

Hoy hablaremos de mujeres que brillaron en el campo de la Medicina, y gracias a sus conocimientos y a sus aportes en este campo, han pasado a la historia.

Luoyse Bourgeois   (1563- 1636): fue una médica francesa, que trabajo como matrona para las clases altas de Francia durante toda su vida, incluida la familia real Francesa.   Provenía de una familia de médicos, su padre era un famoso médico que había trabajado con los grandes especialistas de la época como Ambrosio Paré. Por otro lado su madre, ayudaba a su padre, como enfermera. Ellos intentaron enseñarle todo lo que pudieron a su hija, quién pronto empezó a demostrar sus dotes para la medicina como matrona, e investigadora  en medicina   femenina. A pesar de provenir de una familia acomodada, Luoyse tuvo dificultades económicas tras casarse. A pesar de que su esposo era también médico, tenía dificultades para costearse sus investigaciones y sus propios estudios, ya que las mujeres no cobraban por su labor. Aun así y con la ayuda de su marido, consiguió licenciarse legalmente en  1598, lo que le permitió dedicarse de forma  oficial como medica y en concreto como matrona.  Después de licenciarse, su reputación  aumento en los sectores más selectos de  Francia. Era una médica cualificada  con excelentes resultados, profesional y muy querida.

En 1600 Enrique IV se caso con María de Medici, quienes al año siguiente ya esperaban a su primer hijo. María de Medici, hizo llamar a Luoyse Bourgeois, aconsejada por varias señoritas de la Corte Real.   Durante 1601 y 1610, asistió al parto de los seis hijos de María de Medici. Ellos fueron Luis XIII, el futuro rey de Francia (1601), Isabel, la Reina de España (1602), María Cristina, duquesa de Saboya (1607), Enrique Nicolás, duque de Orleans (1607), Gastón, duque de Orleans (1608) y Enriqueta María, Reina de Inglaterra de Escocia e Irlanda (1609). Luoyse Bourgeois recibió 500 libras por cada hijo y 300 libras por cada hija.   Algo inaudito, ya que las comadronas  que habían asistido a la familia real  o nobleza alta solían cobrar 50 libras, cuando lo hacían gratis.

Peor aún mas impórtate es que, tras el nacimiento de Enriqueta María, Bourgeois solicitó una pensión de 600 libras al año. El rey Enrique IV le ofreció 300 libras de 600 como jubilación.  Durante  ese tiempo, Louyse Bourgeois se dedico a investigar, e incluso llego a escribir un libro, convirtiéndose en la primera mujer que lo hacía.  A parte de sus  descubrimientos  en el campo de la obstetricia, también  asoció la mala alimentación como uno de los factores que conllevaban a la anemia y en tratarla con hierro.

Entre sus obras destacan:

  • Observaciones diversas sobre la esterilidad, pérdida del óvulo después de la fecundación, la fecundidad y natalidad; Enfermedades de la Mujer y de los recién nacidos, a veces también conocido como diversas observaciones sobre la esterilidad, pérdida de fruta, el parto y las enfermedades de la fertilidad de las mujeres y los recién nacidos (1609). Fue el primer libro sobre  obstretricia y el parto escrito por una mujer.  Su libro, que contiene referencias a unos 2.000 parto, fue traducida al latín, alemán, holandés e Inglés y utilizarse hasta la década de 1700.
  • Las observaciones diversas (1617 y 1626)
  • Colección de los secretos (1634): en donde reunía todos sus conocimientos sobre todo lo relacionada con el bebe en el momento del parto.

Luoyse Bourgeois

Angelique-Margarita Le Boursier Du Coudray (1714- 1789) trabaja como matrona en París.  Y también trabajo como profesora para matronas novatas o no novatas para evitar errores frecuentes que podían surgir durante el parto y ante su poca experiencia surgiesen complicaciones graves. En 1759 publico un libro sobre obstetricia en donde por primera vez aparecían ilustraciones en color.  Ente sus aportaciones a esta especialidad se encuentra la famosa máquina de Coudray, la cual ayudaba a las futuras matronas a practicar para el futuro.   En 1759, el rey le encargó a su matrona, Coudray, que  enseñará a  las matronas rurales cuyos conocimientos eran más escasos. Con esta táctica ayudaba a matronas que no sabían leer, o que no podían permitirse los estudios de comadrona, ha aprender de una forma práctica.  El objetivo de esto, era intentar reducir la mortalidad infantil.   Se estima que enseño a unas 4000 mujeres en esta disciplina.

 

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Matemáticas (2ª Parte)

María Andrea Casamayor y de la Coma ( ¿ – 1780)
Matemática y escritora española. Se conocen pocos datos de su vida privada, incluyendo el año en el que nació. De las pocas cosas que se conocen es que nació en Zaragoza y escribió varias obras sobre aritmética. Lo hizo bajo un seudónimo masculino: Casando Manes de la Marca y Arioa. Entre ellas destaca:

  • Tirocinio aritmético (1738),  donde enseñaba las reglas básicas de la artimetica, además de contener una tabla con pesos, medidas y monedas de la época con distintas equivalencias.
  • El para sí solo, no llegó a publicarlo, siendo sus herederos quienes divulgaran el manuscrito. En él, demuestra sus profundos conocimientos matemáticos al mostrar distintas aplicaciones matemáticas en la vida cotidiana. Esta obra es considerada como un importante estudio de aritmética aplicada.

Ada Augusta Byron Lovelace (1815 –  1852).
Una de las matemáticas mas importarte de la época, y es considerada la primera programadora de la historia.   Fue Hija del famoso escritor Lord Byron, aunque no mantuvieron una buena relación. El matrimonio entre la madre de Ada y Lord Byron apenas duro un año Fue una mujer autodidacta que se intereso por las matemáticas y las ciencias en general. Entre sus tutores y mentores se encuentran: Augustus De Morgan, primer profesor de matemáticas de la Universidad de Londres, Mary Sommerville quien fue su tutora personal y  Charles Babbage, quien impresionado por Ada, primero fue su mentor y luego pasar a trabajar con ella, ya que era una de las pocas personas que entendían su Computador . Charles Babbage a quien se le considera el padre de las computadoras, dado que su «máquina analítica» funciona bajo los mismos principios que las computadoras actuales.

Ada Lovelace  estudio y analizo los conceptos del lenguaje de programación. Charles se quedo tan impresionado de su habilidad, que llego a llamarla “ La encantadora de los número” en The Enchantress of Numbers.

Ada Lovelace es recordada principalmente por haber escrito una descripción de la antigua máquina analítica de Charles Babbage, también desarrolló instrucciones para hacer cálculos en una versión inicial del computador.

Hoy en día se reconoce a Ada Byron como la primera persona en describir un lenguaje de programación de carácter general interpretando las ideas de Babbage, pero reconociéndosele la plena autoría y originalidad de sus aportes. Ada Byron es la madre de la programación informática.  Es mas, fue la primera persona en escribir un programa para una computadora programable, escribió un “plan” donde describe los pasos que permitirían calcular los valores de los números de Bernoulli, su primer programa.

Sus aportaciones al campo de la informática fueron tales que su rostro también apareció como marca de autenticidad en los certificados de licencia del sistema operativo Microsoft Windows.

Ada Augusta Byron Lovelace

 

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Astrónomas

María Cunitz (1604 1664): astrónoma  Polaca, más conocida bajo el pseudónimo de la “Palas de Silesia”.  Hija de un medico Heinrich Cunitz, quién procuro que María fuera educada dentro del movimiento Humanista. Fue una joven extraordinaria, ya que con apenas 10 años hablaba hebreo, griego, latín, alemán, polaco, italiano y francés, además de mostrar ciertas dotes para la pintura, la música y la poesía. Estuvo muy interesada en las matemáticas, la medina y la Historia, ramas atribuidas, generalmente, a los hombres.  Al casarse su interés por estas ciencias no varió, es mas su marido Elías von Löwen la animó a que continuara con sus estudios, e incluso participaba con ella en estas actividades.    En la década de los veinte María Cunitia y su marido observasen los planetas Júpiter y Venus. Posteriormente, en el año 1650, Cunitz publica su  obra más importante “Urania propitia”.  Pero este libro es algo más de una aportación a la ciencia, si no una revelación para su tiempo ya que el libro se publico con María como autora; algo insólito para la época.  Incluso su marido, que escribe el prologo, deja bien claro al lector que la autora es su esposa, sin preocuparle las repercusiones. El trabajo en sí proporcionaba, tras una extensa introducción en latín y alemán, una efeméride astronómica basada en las tablas de Kepler, que Cunitz consideraba correctas frente a las tablas danesas de Longomontanus. A pesar de creer que estas tablas eran erróneas, Cunitz tuvo que lidiar con el hecho, no poco dificultoso. También mantuvo correspondencia con grandes astrónomos de la época como Johannes Hevelius, Ismaël Boulliau, el o Pierre Desnoyers.

Obra "Urania Propitia"

En 1656 Se produjo un incendio  en la ciudad arrasando su libreira y su equipo de instrumentación. En el fuego se perdieron, además, la totalidad de su correspondencia con los astrónomos europeos más reputados de su tiempo y más de 200 observaciones.

Estatua de María Cunitz en la ciudad polaca de Swidnica

Un carácter topográfico del planeta Venus, el Cunitz Cráter fue bautizado así en su honor.

Cunis crater

María Clara Eimmart (1676 – 1707) fue una astrónoma alemána, hija de Georg Christoph Eimmart, uno de los astrónomos más importantes de Alemania del siglo XVII fundador del observatorio de Núremberg . Desde pequeña su padre le enseño  todo lo que el sabia incluso ayudo a que su hija tuviera todo el material necesario para poder observar el espacio.  Ella se convirtió en una observadora mas, llego a realizar 250 dibujos de la luna y otros tantos de un eclipse lunar que pudo ver en el observatorio-

Como hija de Georg Christoph Eimmart (1638-1705), fundador del observatorio en Núremberg , se le informó de esto y lo apoyaron. Ella se convirtió en un observador independiente astronómico, que diseñó entre 1693-1698 cerca de 250 dibujos de la luna y el 12 de Mayo 1706, el eclipse solar anular observado.  Aunque no se conservan todas, la mayoría  se encuentran en el observatorio astronómico de Bolonia.

Dibujos de María Clara Eimmart

María Margarethe Kirch (1670- 1720) astrónoma alemana. Fue educada por su padre y por su tío, quienes pensaban que las niñas debían recibir la misma educación que los niños.  Tanto fue así, que su familia se preocupo desde que era niña, en que estuviera rodeada de un ilustre grupo de intelectuales, para que avanzara en sus estudios.  Fue una mujer autodidacta que trabajo para grandes astrónomos como Christopher Arnold o  Gottfried Kirch,  con el que se casó.

María y Gottfried trabajado juntos como un equipo, aunque María fue vista principalmente como asistente del Gottfried, en lugar de igualdad. Juntos hicieron las observaciones y los cálculos efectuados para producir calendarios y efemérides .  En 1702, María descubrió un cometa desconocido previamente, el llamado ” Cometa de 1702 “(C/1702 H1), convirtiéndose en la primera mujer en hacer tal descubrimiento.

En Sus publicaciones, que incluía sus observaciones sobre la aurora boreal (1707), el folleto Von der Conjunción der Sonne und der des Saturni Venus en la conjunción del Sol con Saturno y Venus (1709), y la conjunción al acercarse a Júpiter y Saturno.

Después de Godofredo murió en Berlín el 25 de julio 1710, María intentó asumir el lugar de su marido como astrónomo y fabricante de calendario en la Real Academia de Ciencias, diciendo que había estado llevando a cabo la mayor parte de este trabajo durante la enfermedad de la cual este murió, como en esa época no era raro que las viudas se hicieran cargo del negocio de su marido. Sin embargo, el consejo de la Real Academia se negó a a que se dedicara a esto.

La única persona que apoyó María fue el entonces presidente de la Academia, Gottfried von Leibniz , que presentó a María a la corte real de Prusia en 1709, donde causó una buena impresión mientras se discuten las manchas solares .

María era de la opinión de que sus peticiones fueron denegadas debido a su género.  En 1711, publicó Muere Vorbereitung zug grossen oposición, un folleto en el que predijo un nuevo cometa, seguido de un folleto sobre Júpiter y Saturno, el cual fue de nuevo una mezcla de cálculos astronómicos y astrológicos material.

En 1712, María aceptó el patrocinio de un amigo de la familia, Friedrich Bernhard Barón von Krosigk, que era un astrónomo aficionado entusiasta, y comenzó a trabajar en su observatorio.

En 1716, recibió una oferta para trabajar para el Zar de Rusia, Pedro el Grande , pero prefirió quedarse en Berlín, donde siguió  el cálculo de los calendarios para las configuraciones regionales, tales como Núremberg, Dresde, Breslau, y Hungría.

" Cometa de 1702 "(C/1702 H1)

Caroline Lucretia Herschel ( 1750 – 1848): Astrónoma británica, y hermana del astrónomo Friedrich Wilhelm Herschel con el que trabajó.  Caroline, fue una de las pocas científicas cuya familia no apoyó  que ella se quisiese dedicar a cultivar su intelecto, todos menos su hermano. Sus padres no tenían esperanzas en el futuro de Caroline, ya que de pequeña contrajo el tifus, lo que impidió su desarrollo, que hizo que su madre solo estuviera interesada en que su hija aprendiese las labores del hogar con el fin de convertirse algún día en la cuidadora de sus padres. Por otro lado  recibió el desprecio de su padre, quien  no la consideraba lo suficientemente guapa y  capacitada para conseguir un marido. Aunque esto no le freno, se dedico por completo al estudio del universo, como ayudante de su propio hermano. Además de como secretaria de su hermano, trabajando independientemente descubriendo ocho cometas, tres nebulosas, hizo catálogos.  Herschel fue la primera “astrónoma profesional” y el rey Jorge III de Inglaterra le otorgó un salario anual de 50 libras como ayudante de su hermano.  Algo que ella ya había expresado en sus textos, el deseo de recibir un sueldo independiente. En 1828 recibió la medalla de oro de la Royal Astronomical Society, sociedad de la que fue su primer miembro honorario femenino. En 1846 recibió la medalla de oro de ciencias del rey Federico-Guillermo IV de Prusia.

Caroline Lucretia Herschel

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Matemáticas y Fisicas

Hoy hablaremos, de las mujeres, que hicieron frente a los prejuicios de la época, y se dedicaron a estudiar, y a portar sus conocmientos en estos dos campos.

Margaret Cavendish (1617-1673) duquesa de Newcastle, publica catorce libros casi todo de temas, desde historia natural a física atómica.

Margaret Cavendish

Sophie Germain (1776-1831) matemática francesa que hizo un importantes atribuciones a la teoría de números y teoría de la elasticidad.
Al contrario que otras científicas de la época, Sophie Germain, se encontró con el rechazo de su familia, que no entendían porque su hija se sentía tan interesada por una actividad “tan reservada a los hombres”. Aun así ella siguió adelante, incluso llego a conseguir apuntes de algunas de las clases de la Escuela Politécnica de París, donde no admitían a mujeres.

Mantuvo correspondencia con Carl Friedrich Gauss y Joseph Louis Lagrance. Aunque en un principio lo hizo bajo un seudónimo “Sr. De Blanc” pero más tarde no tuvo más remedio que dar a conocer su verdadera identidad. A pesar de ello, Gauss y Lagrance siguieron manteniendo contacto con ella y ayudándola en sus estudios, Lagrance llego a ser su mentor y cuando Gauss fue nombrado profesor de astronomía  por la Universidad de Göttinger se intereso por las matemáticas aplicadas.

En 1811 Germain participo en un concurso de la academia francesa de las ciencias, pero fue rechazada en dos ocasiones. En 1816 ganó el concurso convirtiéndose en la primera mujer que asistió a las sesiones de la Academia francesa de las Ciencias y se coloco entre los grandes matemáticos de la historia.

Una de las mayores contribuciones de Germain a la teoría de números fue la demostración matemática de la siguiente proposición: si xyson enteros y x5y5z5, entonces al menos uno de ellos (xy, o z) es divisible por cinco. Esta demostración, que fue descrita por primera vez en una carta a Gauss, tenía una importancia significativa ya que restringía de forma considerable las soluciones del último teorema de Fermat.

Sophie Germain

Emilie du Chatelet (1706-1749) noble y dama de la corte francesa, logro ser admitida en los debates de los científicos y matemáticos de mayor importancia de París, logrando un gran prestigio como física por sus estudios e interpretaciones de las teorías de Leibniz y Newton. Emilie du Chatelet, ya de niña había demostrado tener una gran capacidad intelectual, a la edad de 10 años, había leído a Cicerón y comenzado a estudiar matemáticas y metafísica, a los doce  hablaba ingles, italiano, español y alemán, y traducía textos griegos y latinos como los de Aristóteles y Virgilio. Su presentación en la corte y su vida de damisela, no cambio sus inquietudes intelectuales, manteniendo sus hábitos de estudio, donde las noches se las pasaba escribiendo y estudiando.

Cuando comenzó a estudiar a Descartes, su padre se quejo a su tío: “Discutí con ella en vano; no quería comprender que ningún gran señor se casaría con una mujer a la que se le ve leyendo todo el día.

Fue su amante, y amigo de toda la vida el duque de Richelieu, quien le animo a continuar y a formalizar sus estudios, ofreciéndole los servicios, de catedráticos de matemáticas y física, de la Sorbona para que la instruyeran.
En 1733 hizo una entrada estrepitosa en el Café Gradot de Paris, donde se reunían regularmente los científicos, matemáticos y filósofos. Como se le prohibió que entrara por ser mujer, mando que le hicieran ropa de hombres, apareciendo ante la sorpresa generalizada de todos, vestida como tal.

Desde los primeros años de la década de 1730 hasta los últimos de 1740, su relación amorosa con Voltaire, hizo que pudiera conseguir una biblioteca de más de 10.000 volúmenes (mayor que las de la mayoría de las Universidades de la época) en su casa de Champagne.

Emilie de Chatelet llevaba a cabo sus experimentos, en el gran hall del castillo; tubos, varas y bolas de madera colgaban de las vigas, pues se disponía a repetir los experimentos del físico ingles Isaac Newton. Cuando el sueño le vencía, metía las manos en cubos de agua helada, y continuaba con sus experimentos.

Chatelet logro reputación como científica con una obra de tres volúmenes sobre el matemático y filosofo alemán Leibniz, las “Instituciones de Física” publicada en 1740. Sus contemporáneos también sabían de su trabajo a través de su traducción de “Principios de Newton”, en su libro sobre algebra, y su colaboración con Voltaire.

Emilie du Chatelet

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