Medicas españolas

Y para terminar el ciclo de médicas, hoy vamos hablar de dos medicas españolas, que hicieron historia, con sus aportaciones a esta ciencia.

Luisa Olivia Sabucos de Nantes Barrera (1562- 1588):
Filósofa y medica española, nacida en  Alcaraz, Albacete).  Fue hija de Miguel de Sabuco, médico de formación autodidacta que ejercía de boticario.   Se desconoce datos de su infancia y formación. Los primero datos que se conocen de ella,   son de cuando contrajo matrimonio con Acacio de Buedo en 1580.

Su mayor aportación a la medicina fue la publicación de su libro La Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos; la cual mejora la vida y la salud humana, publicada en 1587 y reimpresa entra 1588.Así pues, el libro es un compendio de medicina e higiene, con opciones de psicología, filosofía, moral y religión. La finalidad de esta obra era reformar la enseñanza de la medicina de la medicina y la filosofía, que la autora consideraba erróneas. Una de las aportaciones más notables de la Nueva Filosofía fue el tratamiento propuesto para la peste, que se alejaba de creencias existentes respecto a su contagio y su prevención. Hasta entonces, se consideraba que la mejor prevención era el aislamiento de los enfermos. Olivia Sabuco determino que el contagio se producía a través del aire, lo que hacía del todo inútil en citado método, proponiendo en su lugar la quema de plantas aromáticas, como el romero, el enebro, o la salvia para llenar el aire de buenos olores y purificarlo. Otra destacada aportación fue su descripción de la circulación de la sangre, que aunque era entonces conocida, la médica completó escribiendo la circulación menor. La obra también sobresale a nivel literario por su estilo claro, conciso y, al mismo tiempo, erudito, expresando sus ideas en castellano y en latín.

Aunque se a cuestionado  durante mucho tiempo si fue realmente Olivia quien escribió  el libro.  Ya que también se le atribuye a su padre, Miguel de Sabuco. Al margen de esta cuestión, las ideas sobre la medicina e higiene expuestas en Nueva filosofía ponen de manifiesto una amplia cultura poco frecuente en la época, así como el conocimiento de las ideas más novedosas del momento. Sus teorías sobre la circulación de la sangre, la localización del alma en el cerebro, la sustancia nerviosa y su original estudio de las pasiones son formuladas a partir de la lógica y desde un criterio independiente.

Luisa Olivia Sabucos de Nantes Barrera

Luisa Rosado (siglo XVIII):
Matrona toledana.  La documentación que se conserva apenas aporta datos de su vida, llegando a ser desconocida incluso el año de su nacimiento y el de su fallecimiento.  Todo lo que se conoce de su formación son hipótesis. Se cree que probablemente  fuera una mujer viuda y que sus conocimientos en el campo de la obstetricia  debieron ser empíricos y fruto de su experiencia profesional  ya que no existe documentación alguna de su formación.  Los primero datos que se conocen de ella, es en el año 1765 cuando consiguió el título de “Arte de Partera”, concedido por el Tribunal del Real Protomedicato. Inicialmente, ejerció  en la ciudad de Zamora; pero desde 1768 trabajo como matrona para el real Colegio de Niños Desamparados de Madrid.

En esa época, Luisa Rosado inicio un proceso legal para obtener el permiso del Tribunal de Protomedicato para anunciar públicamente sus servicios de asistencia en partos complicados debido a la retención de la placenta y ofrecer un emplasto preventivo para los abortos espontáneos de su invención. Ambas actividades estaban vedadas entonces a las matronas, ya que los partos con cierta dificultad debían ser asistidos por médicos o cirujanos, a quienes se les consideraban mejor capacitados.  El pleito entre ambas partes duró años,  e incluso se pidió que quien estableciese la resolución fuera el propio rey Carlos III.   A pesar de que no consiguió su objetivo, Luisa Rosando fue una matrona que ejerció, como profesional, su oficio y aspiro a ser socialmente reconocida como tal. Esta actitud, pionera en su época, subvertía el nuevo orden que iba imponiéndose en la práctica médica, el cual no era ajeno a la concepción social imperante de que las mujeres eran inferiores intelectualmente.

 

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