Judíos en Orán

Dentro de las tres confesiones existentes, vamos a centrarnos en la problemática de los judíos del Oransado.

1.- Orígenes: Solo en parte de los territorios de la monarquía se va a permitir la presencia de judíos, dentro de esos territorios se encuentra Orán, que conservará durante el siglo XVII buena parte de la población hebrea del Imperio.

Apuntes previos de la población hebrea antes de la penetración castellana: Podemos decir que los judíos se encuentran en el Norte de África desde el siglo X a c. Dentro de otros datos, podíamos mencionar la expulsión de los judíos en el año 613 por parte del rey visigodo Sisebuto. Más tarde llegaran en un momento anterior a los acontecimientos de 1391, llegando de diferentes territorios de la Península Ibérica. Después de las matanzas de 1391, saldrán en dirección a aquellos parajes desde Sevilla y Mallorca. Dice E. Cantera que ochocientas familias de judíos salidos desde Mallorca se instalaron en el Norte de África, si bien a Orán no llega un contingente importante.

Si al contrario con la expulsión de los Reyes Católicos en 1492, la mayaría de los judíos expulsados se dirigirán a Orán, llegando desde Cartagena y Cádiz.

Conquista, éxodo y regreso: Si bien a la llegada de los judíos se instalan en barrios propios mantienen buenas relaciones con los musulmanes, colaborando los judíos sefardíes en actividades comerciales, e incluso en operaciones corsarias.

Con la llegada de los conquistadores españoles lo primero que se hace por parte de Pedro Navarro es expulsarlos, pero tres años después se otorgará una cédula real que permitía la presencia de judíos en Orán. Parece que la judería estaba en una zona cerca de la alcazaba pero separada del resto de la ciudad, incluso la llave debía estar depositada en la casa del gobernador.

Durante los siguientes años, existen movimientos en los dos sentidos, en 1512 parece que aumenta la población judía en Orán mientras que en 1520, se tiene constancia de presiones para ser nuevamente expulsados. Será Carlos V, quién otorga un permiso para establecer un número de casas judías en Orán, que serán diez.

2.- Factores de convivencia

Funciones y oficios: Se les permite vivir en Orán, según la cédula de Fernando el Católico en 1512, para ejercer de intérpretes, recaudadores de impuestos (dos de ellos). Este permiso daría con los años las dos actividades propias de los judíos, expertos en la lengua árabe (más tarde serían mediadores entre cristianos y musulmanes, pero también desarrollando labores de espía), y profesionales del comercio y las finanzas.

Cooperación financiera: Los judíos más adinerados e influyentes prestaran cantidades elevadas de dinero a los moros  de paz, también a los conventos, e incluso a los propios vecinos, y a los gobernadores, si bien estos solían tener grandes problemas para devolver las cantidades prestadas, dada la precariedad económica de las plazas.

Causas de intransigencia: Una de las causas aducidas es el crecimiento demográfico de los hebreos en Orán, que dará lugar a los bandos de expulsión de 1589-1639.

En 1613 existen 277 judíos que se dividen en las siguientes casas:

Isaac Cassino: 35 miembros. Natural de Orán.

David Zafico: 5 miembros. Natural de Orán

Haluf: 25 miembros.

Ballestero: 17 miembros. Naturales de Orán

Satorra: 15 miembros.

Jacob Zaportas: 17 miembros.

Obo: 27 miembros.

Hagay: 13 miembros.

Helbori: 11 miembros. Vive dieciocho años en Orán.

Cubi: 27 miembros. Cuarenta años avecindados en Orán

Çadia: 10 miembros.

El Medioni: 10 miembros

Bumax: 5 miembros.

Solomo el Hatat: 8 miembros.

David Maque: 9 miembros.

Hayun Mate: 22 miembros.

Jajo: 6 miembros.

Brahen Bel Hija 4 miembros.

Salomon Zaportas: 11 miembros. Vecino de Oran durante veinte años.

Otra de las causas, fuera del factor demográfico, es la propia convivencia en la comunidad, incluso se les califica en algunos momentos de población ociosa, además de imponerles la situación de personas non grata. Será por lo tanto la inasimilación de la lengua, las costumbres, pero sobre todo por la diferente religión y cultura lo que produce rechazo y división.

3.- Hacia la definitiva expulsión de 1669

Las causas por las que Felipe IV para la expulsión de los judíos no son otras que el crecimiento experimentado de su número y las negativas consecuencias que pueden experimentarse en la continua práctica de su fe en medio de una comunidad mayoritariamente cristiana.

Tanto el marqués de San Román, como gobernador de la plaza, como la Junta de Teólogos en 1659 buscaran causas para justificar la expulsión, pero será en 1667-1668 cuando el Consejo de Estado tome constancia sobre el asunto. Se expresa que dado el tiempo que han permanecido los cristianos en estas tierras, ya no son necesarios para las labores de traducción del árabe y comunicación con los musulmanes. Se aduce nuevamente el aumento de población y una posible conspiración para apoyar tanto han los berberiscos y como al Imperio Otomano.

En 1668 se manejan cifras de 500 judíos que habitaban en Orán, piensa el marqués de Vélez, Joaquín Fajardo de Requesens y Zúñiga que es una cantidad muy elevada. Dentro de sus impresiones manifiesta que no es muy rentable las alcabalas que pagan, ya que son más altos los salarios que cobran los judíos por los servicios al rey. Vuelve sobre las diferencias entre sus costumbres y su religión con los cristianos.

Pasados los trámites oportunos, entre ellos el de asegurarse el Consejo de Estado, previa consulta a la Junta de Teólogos del riesgo de los judíos, la regente Mariana de Austria con el apoyo del Inquisidor general Juan Everardo Nethard juzgan que se debe expulsar a los judíos sin limitación alguna.

El 31 de marzo de 1669, es hecho público el decreto de expulsión en Orán para todos los judíos que no procedieran a bautizarse de inmediato. Sólo uno de ellos lo hizo, el resto, 475 partieron hacia Liorna, su siguiente morada.


Posted

in

by

Tags: