Destaca por su excelente posición, y eso explicaría el interés de la monarquía española de incluirlo dentro de sus enclaves en el Norte de África.
Se sitúa en la ensenada del cabo Falcón, parte en la ladera y otra en la falda de la sierra de Mármol. Pero una de sus mayores virtudes es la gran cantidad de recursos hidrológicos que posee, dado que está rodeada de ríos y de una cercana laguna. Mantiene una climatología mediterránea donde las temperaturas no son extremas, salvo días muy calurosos en verano.
Ya desde época de dominio musulmán contaba con castillos y muralla, que se reconstruirá con el dominio español por el marqués de Comares y su hijo D. Luis de Córdoba, siendo más gruesa y con bastiones, con mezquitas, que pasaran a ser iglesias de culto cristiano. Pero además con los españoles se izaron nuevos castillos, colegios, hospital, cárcel, todo lo necesario para una ciudad fortaleza, siendo la vertiente de la arquitectura militar de la ciudad la más importante, donde englobaríamos a la muralla, los castillos y las torres defensivas. Estamos pues ante una clara arquitectura militar del Renacimiento, habiendo superado el periodo medieval. No así su arquitectura civil que continuará dentro de la expresión medieval. Dentro de la arquitectura religiosa se elevaran varios edificios, destacando la iglesia principal que era la de Nuestra Señora de la Victoria (antigua mezquita), pero además existían conventos de la órdenes religiosas (franciscanos y mercedarios) implantados desde el mismo momento de la conquista y cinco ermitas.