‘Danzad, danzad, malditos’

Danzad, danzad , malditos [They Shoot Horses, Don’t They?]. Sydney POLLACK. EE.UU: Palomar Pictures Corporation, 1969.  España: ABC.

     ‘Danzad, danzad, malditos’ es una película basada en una novela de Horace McCoy, ambientada en la etapa de la Gran Depresión Americana tras el crack del 29, que se trató de una crisis económica a nivel mundial que duró durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Se trata, en definitiva, de un film de carácter pesimista, con matices claustrofóbicos, que trata y analiza el comportamiento e interactuación de la condición humana (de los personajes en este caso), desafiando y forzándola hasta el extremo-ya que al final de la película los personajes se encuentran al borde del colapso emocional- en un período de dificultades e inestabilidad a todos los niveles, destacando el personal.

     Dirigida por el director Sydney Pollack (‘Memorias de África’, ‘Sentido o Sensibilidad’), con guión de James Poe (‘La Gata sobre el Tejado de Zinc’) y Robert E. La historia sitúa al espectador en Estados Unidos, en la cuidad de California, en plena época de la Gran Depresión a comienzos de los años 30. La acción se desarrolla en el muelle de Santa Mónica, durante uno de los populares maratones de baile que se organizaban en EE.UU. en esta época.  Las normas consisten en bailar en parejas durante días, de forma continuada, con pausas mínimas. La pareja que resiste bailando durante más tiempo es  la ganadora del premio final de 1500 dólares, dinero muy útil en un ambiente de crisis y miseria. A la ciudad de California acuden muchos jóvenes con el sueño de ser actores y que ven en esos concursos una forma de ganar un poco de dinero y de tener un lugar en el que dormir y comer al menos durante su participación en el concurso. Pero son gentes desesperadas, de toda edad y condición las que se apuntan a dicho concurso.

     La pareja de baile protagonista está protagonizada por Gloria (Jane Fonda), una mujer hermosa e impertinente, con un evidente mal humor, a la que la vida no ha tratado bien, y Robert (Michael Sarrazin), un joven soñador y algo indeciso. Ambos se conocen en uno de esos concursos y deciden formar pareja en este, pues necesitan el dinero. La historia es guiada y dinamizada por Rocky (Gig Young), maestro de ceremonias de todo el concurso, que es el que se encarga de animar al público y de guiar el concurso, pues es el único que sabe que se trata en realidad de un negocio disfrazado de espectáculo.

     En el film se observa la crueldad que puede llegar a alcanzar el negocio de la televisión y también de la propia raza humana cuando, mientras los concursantes fuerzan los propios límites de su resistencia física y psíquica, un público aburrido, sediento de morbo y avieso encuentra su diversión contemplando el sufrimiento de los concursantes y participando en la infamia de estos. Para mostrarlo, el director hace retroceder en el tiempo la acción, centrándola en una época de penurias económicas que tuvo que convertir sus miserias en un denigrante espectáculo, visto para muchos como una mísera subsistencia para un grupo social desarraigado, arrastrando tras de sí su inadaptación al sistema, que deja evidente que no perdona la independencia ni la peligrosa libertad de este tipo de individuo. Sirviéndose de este argumento como base , el director centra en la película aquellos conceptos propios del ideal capitalista, es decir, la salvaje competitividad, la explotación, la marginación, la intolerancia…Que encaran perfectamente los principios de una sociedad de consumo.

   Destaca también el patetismo en algunas escenas en las que los concursantes son rozados y puestos en evidencia hasta límites insospechados con el  único fin de ganar el premio para poder sobrevivir en un contexto desfavorable y amargo para las clases sociales bajas y medias, desencantadas al producirse el fracaso del famoso “American dream”.

   Resulta anecdótico además el uso que se hace del título original, “They shoot horses, don’t hey? (A los caballos los matan ¿no?) como un recurso cínico e irónico que representa todo lo dicho anteriormente acerca de las duras son las soluciones propuestas para los inadaptados al sistema establecido.

    En el film se hace el uso de las técnicas de los flash-forwards y el slow motion, que consigue generar una atmósfera desolada, involucrando al espectador con las angustias vividas por los personajes.

    Por último, hay que decir que se trata de una película ganadora de un Oscar al mejor actor de reparto (Gig Young), obteniendo otras diez nominaciones más.