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SOCIEDAD

Del siglo XVI, se conservan dos censos generales de 1528/30 y 1591 y aunque sus datos se dan como parcialmente validos, no terminan de ser totalmente aceptados. Otro documentos sobre esta materia de relevancia, son las Relaciones Topográficas, recogidas en el siglo XVI aunque se restringen a Castilla, y dejando de lado los territorios de Andalucía y el norte peninsular, y los Libros de Apeo y Repartimiento, referidos a las incautaciones de las propiedades de los moriscos tras la revuelta de las Alpujarras. En los territorios de la corona aragonesa, los problemas presentados, son similares a los de Castilla.

 El siglo XVI, a pesar de las pestes, el hambre y las guerras, presenta un saldo demográfico positivo.

 

Años   1.530 1591 %
Corona  Castilla   3.919.000 5.598.000 78,4%
Corona  Aragón      779.000 1.034.000 16,6%

 

  Tradicionalmente la sociedad del Antiguo Régimen europeo ha venido definiéndose como una sociedad estamental, de carácter jerárquico, heredera de la antigua sociedad de órdenes medieval. Los rasgos esenciales de este tipo de clasificación obedecen a los siguientes criterios:
– Posición determinada por la sangre, que discrimina desde el nacimiento a nobles y no nobles.
– Desigualdad ante la ley. Diferencias jurídicamente reforzadas y cristalizadas en torno a la noción de privilegio.
La sociedad estaba dividida en:

_Primer Estamento: la nobleza. Era la clase dirigente y dominante de la sociedad. Según el ideario europeo, la nobleza, se hereda y transmite por la herencia sanguínea que procede únicamente de la línea masculina. La pertenencia a este sector, implicaba contar con una larga serie de privilegios de todo tipo, como son la exencion del pago de impuestos directos, aunque no indirectos, la practica capacidad de acceder a los cargos burocráticos etc.

 

Aunque todo el estamento contaba con los mismos privilegios, el bloque se encontraba dividido en multiples grupos en función de la riqueza, influencia, antigüedad del linaje, poder, pudiéndose establecer distintos niveles en la nobleza.

 

1. Baja nobleza: suponía el 80% total de los nobles, recibiendo el nombre de Hidalgos en Castilla y el de Infanzones en Aragón. Este estrato fue mayoritariamente urbano, y sus elementos se concentraban sobretodo en las regiones del norte, decreciendo su numero cuanto mas hacia al sur, aunque aumentando su riqueza.

      2.   Media nobleza: se compone de oligarquías urbanas y de los señores de vasallos. El grueso de este grupo, lo componen la nobleza radicada en las urbes, que ya desde la baja Edad Media,       ostentaban los cargos mas relevantes en los ayuntamientos, que normalmente pasaban en herencia a sus descendientes. Estas clases, por lo general, desde el punto de vista jurídico, no eran nobles, aunque su afán por imitar las costumbres de la nobleza y su gran riqueza, hará.

Su poder, se hará mayor gracias a una política matrimonial fuertemente endogamia, admitiendo la entrada de aquellos advenedizos que consideren necesarios para sus intereses y para la propia regeneración biológica de su grupo.

 Los más ricos de esta oligarquía urbana, obtendrán, a menudo, el favor de la corona, ensalzando de tal manera, su figura y la de su linaje (ordenes militares). Tras este favor, estos oligarcas, habían de mostrar su pureza de sangre, lo que lograban a menudo, mediante el soborno.

 

       3. Alta Nobleza: se compone de los nobles con títulos como el de barón, vizconde, marques. Conde (estos dos últimos mas frecuentes) o el de duque (el mas infrecuente y de mas prestigio). También destaca el de príncipe, aunque era otorgado a las Casas de fuera de la península (sobre todo en Italia), pues el titulo en España, se reservaba el heredero de la corona (Príncipe de Asturias).

 En total supondrían un diez por ciento de la población, pero eran mucho más numerosos en la Corona de Castilla que en la de Aragón.

 

  _Segundo Estamento: el Clero.

 1.  El clero secular estaba formado por los presbíteros, canónigos y obispos. Todos dependían de su diocesano y éste de Roma. Entre ellos había también grandes diferencias de fortuna. Se regían por el derecho canónico.

 2. El clero regular estaba formado por abades, frailes y monjas. Dependían de sus propias jerarquías. Tenían voto de pobreza, castidad y obediencia. Los bienes pertenecían al monasterio. Algunos eran grandes feudos.

 En lo referente a la estructura interna de la Iglesia, se pone de manifiesto un organismo perfectamente jerarquizado donde:

 •A)    En lo más alto, se situaban prelados, obispos y arzobispos. La obtención de una mitra episcopal, dependía casi directamente de las relaciones personales del interesado con la Corte y con los centros de poder estatal, pues la Corona, tenia la capacidad de designar obispos y arzobispos (derecho de presentación), poder conocido como Patronato Regio, que tras nacer en la Edad Media, su desarrollo y estabilización, se produce bajo el reinado de los Reyes católicos, momento en el que el derecho de presentación, se aplica sobre todos los cargos eclesiásticos en las Canarias, América, y Granada.

 Las rentas obtenidas por las distintas mitras, eran, por lo general, inmensas, sumándose las continuas donaciones que recibían de los fieles. Estas riquezas, casi siempre iban a parar a manos de los miembros de los más altos escalafones.

 •B)    Es segundo grupo, lo ocupaban los cabildos catedralicios, los cuales, se gobernaban la sede episcopal junto con un prelado. Estos cabildos, se trataban de la cúspide eclesiástica de carácter local, vinculándose sus miembros, a las elites urbanas.

 •C)    El bajo clero, se componía de párrocos, beneficiados y capellanes, y a menudo, compartían los mismos problemas que el pueblo llano. A este grupo, también se añaden los miembros del clero regular así como los miembros de las ordenes religiosas (franciscanos, jesuitas, dominicos).

 Los abadías y obispados estaban reservados para los segundones de  la nobleza.

 Las ordenes religioso-militares eran exclusivas de la nobleza.

 En total eran unos 90.000, la proporción también era muy superior en la Corona de Castilla. En Cataluña sólo había 4.000.

 

 _Tercer Estamento: la burguesia.

 

La burguesía más poderosa era la del Condado de Barcelona y el Reino de Valencia. En Castilla también se desarrolló una alta burguesía muy rica en Burgos y Medina del Campo con la exportación de la lana.

 La pequeña burguesía estaba formada por veedores, menestrales, maestros y oficiales de todas las profesiones, organizados en gremios.

 Los profesionales liberales: básicamente, este grupo engloba a todos aquellos cuya actividad no puede ser reconocida en las orbitas de mercaderes, o artesanos.

 Dentro de este grupo destacan los médicos, profesión nada valorada, pues muchos de las dinastías médicas procedían de familias judeoconversas, además de su escasa calidad por un intrusismo total. Otra profesión digna de mención es la de letrado, con un gran estima social, siendo esta profesión una de las principales vías para el ascenso social, gracias a su ocupación de los puestos burocráticos.

Artesanos: abarcan un amplio abanico de productos, agrupándose en gremios, en función de los producido, este grupo, se caracterizada por un alto grado de endogamia, así como por una oligarquizacion dentro del propio gremio. Estos gremios, gozaron de una gran influencia social, y en el caso de Aragón incluso política.

 Mercaderes: ocupaba a un número destacable de individuos, siendo una de las principales vías de enriquecimiento. Los mercaderes, muchos de origen hebraico, mostraron, al igual que otros grupos enriquecidos, un gran interés en acceder a los títulos nobiliarios, consiguiéndolo si su fortuna les permitía costearlos. Los individuos que vivían de la actividad mercantil, se asentaron sobretodo en Medina del Campo, Barcelona, Sevilla y Valencia.

 

 _El Campesinado: Exceptuando Castilla la Vieja, Cataluña y el regadío del Reino de Valencia, el campesinado era tan pobre como la tierra que cultivaban. “Completaban la dieta con los frutos silvestres, vivían en chozas y cuevas, vestían con pieles y trapos, no sabían signarse y ni siquiera se les entendía; con muy poca diferencia en su modo de vivir y en su traje, de los indios (…).” Esto es lo que cuenta un jesuita en el reinado de Felipe II.

 Una de sus principales características, es su sujeción a un régimen señorial, o a uno de realengo, aunque las diferencias entre ambos, son escasas. Los campesinos, al menos en un principio.

  

_ Minorías y marginados:

 Judeoconversos: con este termino, se designa a los individuos de ascendencia hebraica, que aunque convertidos al cristianismo de forma formal, de forma mayoritaria, continuaban profesando su religión de forma privada. Este grupo de cristianos nuevos, sin trabas legales para acceder a los diferentes cargos y en muchos casos su éxito social y económico, a menudo tuvo grandes tensiones con los cristianos viejos. Uno de los grandes medios para afianzar la ortodoxia del dogma cristiano, así como para erradicar las creencias heréticas, fue el de la Inquisición, que se cebó especialmente con los conversos de origen judío. A este hecho, se añade la expulsión de los judíos que seguían la doctrina judaica abiertamente en 1492.

 Otro de los instrumentos usados para marginar a esta comunidad fue el de los Estatutos de Limpieza de Sangre, necesarios para ingresar en cualquier institución, y que requerían de una línea genealógica libre de conversos. A menudo, estos se obtenían sin demasiados problemas, siempre y cuando el interesado pudiese costearse sobornos de testigos y falsificaciones de documentos.

 Moriscos: los moriscos, son aquellos, que habiendo profesado anteriormente el Islam, se convirtieron al cristianismo, siendo denominados también como cristianos nuevos, con el consiguiente desprecio de los cristianos viejos.

 Sobre este grupo, las presiones, tanto sociales, como eclesiásticas, comenzaron a recaer de forma mas fuerte tras la ciada del reino de Granada y sobretodo tras la rebelión de las Alpajurras, que una vez sofocada y obligada la población mudéjar (musulmanes no conversos residentes en España) a su conversión al cristianismo, mediante la Conversión General de 1500-1501.

 No obstante, algunos moriscos (colaboracionistas), desempeñaron un papel fundamental a la hora de armonizar las relaciones de esta comunidad con la Corona, gracias al empleo en actividades burocráticas que les permitió bien acceder a los estamentos mas elevados, bien permanecer en la situación privilegiada, si provenían de casa nobles del ámbito nazarí, aunque con ello, se ganaron la enemistad del conjunto social no converso.

A pesar de la conversión, los moriscos, protagonizaron una nueva rebelión entre los años 1568 y 1570 en el territorio de las Alpujarras, siendo sofocada por Juan de Austria mediante una terrible represión con la consiguiente expulsión de todos los moriscos del reino de Granada hacia zonas del interior donde se asentaron hasta su definitiva expulsión de la península entre los años 1609 y 1613.

 En el caso de la Corona de Aragón y mas concretamente en el territorio valenciano, la asimilación de los musulmanes fue en cierta medida mayor, al menos durante la Edad Media, pues el deseo de la nobleza por enriquecerse, hizo que la presión de la corona y de la Iglesia, no fueran tan duras, aunque ello significase un considerable aumento del gravamen tributario. No obstante, estos mudéjares, que apenas cambiaron su estilo de vida tras la reconquista, fueron obligados a convertirse al cristianismo tras la llegada al poder de Carlos I.

A este colectivo en general, se le acuso sistemáticamente de ser un peligro público, pues según sus coetáneos,ap oyarían las actividades de los piratas turcos y corsarios norteafricanos, además de su apoyo incondicional ante una eventual invasión desde el norte de África, hacia los reinos musulmanes. Estos factores, unido al odio por parte de los cristianos viejos, determinarían su definitiva expulsión en los inicios del siglo XVII.

 Pobres: en este grupo, probablemente, se incluiría gran cantidad de población (casi el 50% en algunas ciudades). No obstante, había varios tipos de pobreza. Así, el pobre vergonzante, se trataba de aquel que había caído en esta situación desde una posición superior y por ello merecía mas ayuda, por otra parte, el mendigo, era una figura omnipresente. Además de estos dos, se encuentra todo un desfile de individuos que buscan la mera subsistencia, tal y como recoge la novela picaresca de estos años, pudiéndose llegar a la conclusión de que la pobreza, sería una característica más de la sociedad española de la modernidad.

 La oferta grande de servicios para las casas de los ricos y nobles no es suficiente para resolver los problemas que plantea el exceso de población. Muchos se quedan sin empleo, sin modos de existencia, y no tienen más remedio que ir mendigando de una ciudad para otra, solicitando la caridad de los pudientes. Esta no dejó de responder a la demanda, ya que la moral social de la época consideraba que los ricos tenían la obligación de dar limosnas a los desamparados. No todos sin embargo se prestaban de buena gana a ejercer la obra de caridad y los predicadores tenían que recordarles encarecidamente que ésta era una obligación imperativa para los cristianos. En varias ocasiones, las Cortes, portavoces en este caso de los privilegiados de las grandes ciudades de Castilla, pidieron que se tomaran medidas adecuadas para evitar que los mendigos pasasen de una ciudad para otra. Suplicaban los procuradores «que cada uno pidiese en su naturaleza», es decir en su ciudad de origen. A estas peticiones respondieron varias ordenanzas municipales en los años 1540, que por lo visto no dieron el resultado esperado ya que, a finales de la centuria, el doctor Cristóbal Pérez de Herrera volvió a recomendar medidas semejantes para hacer frente al número creciente de mendigos y vagabundos. Su proyecto se encaminaba a organizar la asistencia a los pobres, obligando a los que eran sanos a trabajar en talleres adecuados y a los enfermos y ancianos a encerrarse en hospicios donde estarían atendidos debidamente.

 Mujeres: A pesar de tratarse de un grupo marginal, por motivos de genero, la mujer durante la modernidad, desempeño un papel muy relevante. Las continuas consideraciones hacia una posición de desamparo legal en comparación con los varones libres, no son del todo ciertas, pues esta, si poseía la capacidad de heredar, aunque diversos mecanismos de corrección de la herencia, hicieron que esta fuese casi siempre mayor en los varones. El hecho de dotar a las mujeres de una herencia, además de asegurar su supervivencia, las colocaba en una posición de mejora a la hora de contraer matrimonio, pues una dote amplia, atraería los intereses de los

varones más pudientes. No obstante y a pesar de que las mujeres recibiesen una dote, esta se centraba en elementos tales como ajuares, muebles, ropa, etc. En lo referente a su actividad laboral, esta era a menudo discriminada, cobrando un salario mucho menor que el de los varones y llegando incluso a ser ocultada en los registros documentales. Dentro de este punto cabe destacar que no pudieron ejercer cargo público alguno.

 Esclavos: el número de este colectivo, aumento de forma drástica tras el descubrimiento de América. La conquista del nuevo continente, creo un flujo constante de esclavos, y un lucrativo negocio, el de la trata.

 Aunque la mayoría de los esclavos, de origen africano, se dirigían hacia América, la  Península, también asistió a un crecimiento espectacular de este grupo.

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