Comentario Mapa-8- Ocupación Musulmana y Expediciones Francas (años 711-851)

Sin solución de continuidad con la época anterior, prosigue en los siglos VIII y IX el acoso exterior de los reductos vascónicos. Los musulmanes asumen en este aspecto la herencia hispano-goda y los monarcas franco-carolingios rememoran de algún modo las acciones de sus antecesores merovingios.

En su rápida cabalgada por las riberas del Ebro (714), Muza desvió posiblemente algunos destacamentos hasta los bordes del área vascónica para instar a la sumisión. En todo caso, la guarnición hispano-goda de Pamplona fue relevada muy pronto por contingentes árabes que facilitarían el tránsito de la expedición del valí Abd al-Rahman al-Gafiqi contra Aquitania (732). Y, en definitiva, harían reconocer la soberanía del Islam a los montañeses de la periferia dejando a salvo su organización interna.

La actitud, sin duda reticente, de los vascones ante el ejército franco que marchaba hacia Zaragoza (778), se volvió abiertamente hostil cuando, frustrados sus proyectos, tuvo Carlomagno que atravesar nuevamente Pamplona y el “Summo Pirineo”, donde una coalición indígena sorprendió su retaguardia en la emboscada que, asociada al nombre de Roncesvalles, iba a alcanzar resonancias incomparables en la tradición literaria de Europa occidental.

Como en ocasiones anteriores algunos grupos aprovecharon el aparente derrumbamiento de la soberanía musulmana en el país para alzarse contra ésta, y el propio amir de Córdoba acudió a pasar revista y someter de nuevo a los rebeldes (781). Sin embargo, uno o dos años antes de acabar el siglo VIII era exterminada la guarnición árabe de Pamplona y cristalizaba así un núcleo independiente que no lograrían sofocar ya las sucesivas campañas musulmanas como las lanzadas por el gobernador Amrús (803) y el amir Abd al-Rahman II hasta la recóndita guarida de los “pamploneses en la “Peña de Qays” (Sajrat Qays).

Tampoco aceptarían estos vascones la soberanía franca y, aunque Pamplona (oppidum Navarrorum) llegó a ser ocupada militarmente por Ludovico Pío (812), poco después fracasaba el último intento de captación del Pirineo occidental por el régimen carolingio (“Segunda batalla de Roncesvalles”, año 824).

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