Eguinartho cronista del Emperador, refiere que ni un solo hombre de la retaguardia escapó á la muerte.,allí pereció Roldán, General de la costa de Bretaña héroe legendario por quien tanto sonó la lira de los trovadores y centelleó el genio del Ariosto junto a él sucumbieron Anselmo, mayordomo mayor de Carlo-Magno, su maestre-sala Egarto, la flor de los caballeros franceses. Inmenso fué también el botín escogido, pues Carlo-Magno había acumulado ricos despojos en su triunfal carrera; y si por grandes son de notar las consecuencias del triunfo más alta brilla aun la gloria de los bascones. Inferiores eran en número y en armas; mientras los francos iban defendidos por templadas vestes de duro acero, los bascones sin casco ni armadura, y quizá sin otros medios de combate que los que les prestara la abrupta naturaleza destrozaron aquel aguerrido ejército cuya bravura no había encontrado dique y cuyo heroísmo ha pasado á la posteridad enaltecido por la tradición y la leyenda.
También importa consignar,contra lo dicho por algunos autores que á la batalla no concurrieron fuerzas de León, Asturias ni Castilla; por más que los poetas castellanos encomien el valor de su pueblo en este hecho de armas, y conviertan á Bernardo del Carpio en un personaje casi fabuloso, á la manera de los trovadores franceses que han elevado el nombre de sus vencidos guerreros al pináculo del heroísmo es lo cierto que sólo á los bascones es imputable tan grande hazaña.
Enaltecen su valor como vencedores de Carlo-Magno diversas poesías: entre ellas merece especial mención un canto heroico escrito en euskara, lleno de color, y enérgico y original cuanto sencillo y majestuoso, titulado «Aztobizkarko Kantua»; y recuerda la tremenda rota el nombre de Val-Carlos dado al pueblo y valle apellidados en el idioma nacional, Luzaide.
Tras las noticias militares del reinado de D. Íñigo se debe relatar el descubrimiento de Nuestra Señora de Ujué ó de Usoa, voz euskara que significa paloma advocación dada á la santa imagen, porque siguiendo á una paloma cierto pastor y viéndola entrar en una cueva donde continuó su persecución halló dicha veneranda efigie que acaso estaría oculta desde la invasión africana. Con motivo del precioso hallazgo el pueblo situado entonces á la falda de la sierra, alzó de nuevo sus viviendas en el lugar del descubrimiento y recibió el nombre de Usoa, vocablo hoy modificado por el uso.
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