La “tenencia” navarra alto-medieval reúne el doble carácter de embrionario y pequeño distrito administrativo presidido por una fortaleza y de “honor” o beneficio que el monarca encomienda pasajeramente a los “barones” o “seniores” sus colaboradores en la defensa y el gobierno del país.
La mayor densidad de “tenencias” se sitúa en los accesos de la cuenca de Pamplona en los sucesivos frentes contra el Islam luego (siglo XII) en los límites con los reinos vecinos.
Bastantes “tenencias” siguieron desempeñando su función de puntos fortificados regidos por miembros de la aristocracia militar de linaje o bien por oficiales del soberano durante los siglos XI al XIII; en ese tiempo proliferaron además otros castillos alzados por razones defensivas junto a las fronteras con Aragón y Castilla, especialmente en la Ribera Tudelana el saliente de Laguardia y la conflictiva raya guipuzcoana.
Deja un comentario