En una época de crisis económica como la actual, producida por la financiera, y detrás de la cual está obviamente la crisis ideológica, la pérdida de los valores solidarios y del sentido del esfuerzo y de la superación personal, el arte, las letras y las humanidades siguen siendo nuestro pequeño rincón de esperanza. Esperanza de construir un sistema mejor, más justo y equitativo, basado en la igualdad de derechos y la libertad de las personas; un mundo, en definitiva, sin credos, sin temores, sin ambiciones materiales.
Cuando voy conduciendo de camino hacia la universidad a veces me cuestiono si no sería más conveniente empezar a quitarme obligaciones y compromisos, olvidarme de politiqueos, diplomacias hipócritas y otros quebraderos de cabeza producidos por un ambiente universitario plagado de individuos más preocupados por su carrera profesional que por la docencia, y poder dedicar así más tiempo a mi pasión por la pintura y aprender a tocar virtuosamente la flauta travesera.
Y no lo hago, de momento, por dos cuestiones. Una, porque me gusta conducir, por la autovía. Y en segundo lugar porque, acabado el curso, suelo recibir satisfacciones personales por parte de l@s alumn@s que me siguen valiendo la pena experimentar.
Leía hace unos días en el blog de Ana Ovando algo con lo que me identificaba plenamente. Decía mi colega y amiga chironiana que cada vez sabía menos griego. Siento que cada vez me interesa menos la investigación científica y más la divulgación. En secundaria mi mayor interés es intentar hacer fácil lo difícil, que los chicos aprendan mucho griego y latín, de forma rápida y, si puede ser, entretenida, para que me recuerden con cariño. En la universidad el reto consiste cada año en poder transmitir a personas de formación e inquietudes totalmente dispares la visión de la humanidad que tenían los griegos en la Antigüedad, como un modelo válido con el que poder afrontar el día a día y los problemas de nuestra sociedad. Es cierto que en este sentido los textos clásicos son una garantía por su carácter universal y mensaje eterno. Mi misión sólo consiste pues en abrir una pequeña ventana al mundo griego del pasado.
También este año algun@s alumn@s se han asomado con curiosidad, yendo más allá de las lecciones semanales, construyendo su propio conocimiento y descubriendo con la llama de Prometeo su camino de libertad.
Os dejo aquí, para disfrute de todos, los interesantes trabajos escritos y presentaciones de este cuatrimestre. Prometeo estaría orgulloso.
En una de las exposiciones un alumno me daba las gracias por tender el diálogo. Nunca lo había pensado, pero creo que, efectivamente, mi método tiene algo de “socrático”. Ha sido un placer y espero poder seguir esta mayéutica en años sucesivos.
- La justicia en Hesíodo: modelando a Prometeo, Joaquín Almagro
- Prometeo devorado, Davinia Berkhoff
- Sólo un vistazo, M. Carmen Juan Romero
- La misoginia en el mito: La Pandora de Hesíodo,Eldena Pérez González
- Prometeo y Pandora: imágenes similares en mitologías diferentes, Irene Galvañ
- La esperanza de Pandora, Begoña Artacho – Margari Cano
- El tormento de Prometeo: una versión barroca, Mª José Aparicio Ortega
- Prometeo: De Byron a Kazantzakis, Carlos Zamora
- Pandora en Caballeros del Zodíaco, J. Antonio Rodríguez
5 replies on “Desde el fondo de la jarra”
Gracias por colgarlos, Santi.
¡Menos mal que queda gente como tú que sigue cogiendo el coche con ganas para venir a enseñarnos!
“Esperanza de construir un sistema mejor, más justo y equitativo, basado en la igualdad de derechos y la libertad de las personas; un mundo, en definitiva, sin credos, sin temores, sin ambiciones materiales.”
PRECIOSO. Ojalá deje de ser una utopía para ser una realidad futura.
Si quieres te ayudo a construirlo, yo también quiero un sistema más justo pero sola no puedo hacerlo.
Un Saludo. Nos vemos en la cena y comentamos como hacerlo
Hola Santi,
Yo también creo firmemente que Prometeo estaría muy orgulloso!
¡Enhorabuena!
hola santi!
he leido lo que te pasa cuando vienes a la universidad y empiezan a asaltarte las
dudas, no saber si seguir en esto que parece un bucle o dejarlo todo y empezar de cero; te escribo porque a mi me sucede cada día algo parecido y he llegado (o he querido llegar) a la conclusión de que es, esa llama que nos hace estar enfadados con el mundo, la que al final nos eleva y nos hace seguir…como una energía que puede utilizarse en direcciones contrarias.
me atrevo a recomendarte la última peli de Sam Mendes, revolutionary road, trata de las dos direcciones que puede tomar esa energía, creo que te removerá y si tienes un poco más de tiempo, un libro de poemas, bellísimo titulo, devastaciones,sueños, de un enorme poeta alicantino llamado Antonio Gracia.
un abrazo
¡Estoy emocionado, como no lo estaba hace mucho tiempo!
Soy padre de un alumno de Bachillerato, un chaval tremendamente trabajador que se enfrenta a un trabajo sobre Prometeo y Sociedad… y soy también un profesor de Clásicas -y de otras materias,…- en un centro de Mataró. Sólo decirte que pasamos por un momento personal duro -atravesamos la reciente muerte de nuestra hija en diciembre pasado- pero al leer tus palabras, sé que mañana “cogeré el coche” de nuevo para cerrar la puerta del aula, para transmitir la pasión de saber…
y estoy emocionado, digo, porque los comentarios de tus estudiantes, tus contenidos me han hecho volver el sentimiento de saber que “los griegos somos nosotros”.
Simplemente, muchas gracias… Espero ser un transmisor digno…