La crítica que realiza Adam Smith al sistema imperial birtánico en su libro V de la Riqueza de las Naciones, no es al sistema socio-político y sus consecuencias, sino al sistema económico y sus consecuencias. Smith considera que el modelo colonial británico es absurdo y produce un gasto inútil a la corona. Este sistema se basa en mantener el monopolio comercial de los productos coloniales y a su vez en mantener una alta carga fiscal en estos territorios ultramarinos. En un principio puede salir rentable, pero el problema que genera el mantenimiento de las colonias es el alto riesgo de enfrentamientos con el resto de potencias europeas, como ya le ocurrió a Gran Bretaña frente a Francia y España. Además esto genera un alto coste de mantenimiento de las estructuras de poder británicas en estos territorios. Aquí Adam Smith, se centra principalmente en la crítica al sistema de colonias en cuanto a su nivel jurídico en primer lugar y en cuanto a los problemas económicos que generan en segundo.
Reconoce que por el nivel de impuestos que poseen las colonias no deberían ser consideradas meros apéndices del imperio británico, sino províncias como lo son los territorios de las islas. Así, es necesario también para un mayor desarrollo de estos territorios aligerar las cargas fiscales, porque esto producirá una mayor desarrollo económico y social en ellas.
En segundo lugar, la crítica se da a consecuencia del problema que genera el entrar en guerra con las diferentes potencias por los intereses que éstas tienen puestos en las colonias. Así pues, estos conflictos generan déficit presupuestario, aumento de la deuda (tanto de la metrópoli como de la colonia) de hasta el doble de la deuda existente hasta ese momento, e innumerables bajas civiles, que son un factor determinante en todo proceso económico.