Galindo destacó principalmente como crítico literario, no se dedicó a crear literatura sino que más bien se dedicó a realizar comentarios en artículos de revistas sobre historia de la literatura, centrándose sobre todo en la española, y sobre las principales obras de su época.
Al igual que sus compañeros de la revista Gallo Crisis, a tomás le fascinaba la literatura barroca española, de la cual admiraba su profundidad religiosa y su veneración por los símbolos. Entre los muchos autores que hubo durante ese prolífico periodo, Galindo destaca a Lope de Vega por su original estilo cargado de recursos literarios.
El sentimiento pesimista que tiene Galindo, y que comparte con la mayoría de autores de su época contrasta con la denominada “Edad de Oro” de la cultura española del siglo XVII y con los tiempos imperiales, magnificados por las obras de las nuevas clases burguesas del siglo XX.
Precisamente la recuperación de la gloria imperial es uno de los temas favoritos del escritor, pues hay que recordar que su contexto histórico es el de después de la pérdida colonial que tuvo lugar en el año 1898. Tomás López Galindo cree que hay que utilizar la literatura para mostrar las ansias de unidad y de grandeza que supuestamente habían en España, por lo que para él tendría una función claramente pedagógica e ideológica.
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