El papel de la religión de Tomás López Galindo en su ideología y, por tanto, en sus escritos es muy importante debido a la enorme fuerza de sus convicciones.
Galindo era profundamente católico, cosa que heredó de su entorno familiar. El autor provenía de una familia de clase media alta, pequeñoburguesa, que contaba con buenos recursos económicos y con una larga tradición de devoción religiosa, cristiana, y católica.
Como ya he dicho, Galindo admiraba el arte y la literatura del periodo barroco por su gran carga de simbología religiosa y por su forma dramática y pesimista de ver la vida terrenal, como un mero trámite hacia la vida verdadera, la vida junto a Dios, la ultraterrena. Galindo creía que esta forma de ver el mundo y la literatura era la propia de la nación española, y que parte importante de su declive histórico se debía a la pérdida de este ideal religioso.
Fue principalmente gracias a estas ideas, más que a sus opiniones políticas, que Galindo pudo verse favorecido por la victoria franquista en la guerra civil y que pudiera ingresar como abogado en la Audiencia Nacional, pero sin embargo, por culpa de eso la obra de este autor se ha visto en innumerables ocasiones degradada como mera propaganda a favor del régimen.
Hay que decir que estas críticas, aunque no estén del todo infundadas, no hacen justicia con la obra de un escritor cuya profundidad espiritual sorprendió al propio Miguel Hernández, y que le permitió acompañar a una de las más brillantes generaciones de escritores en nuestro país.
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