La cocina polaca se ha desarrollado a lo largo de los siglos y ha recibido influencias eslavas, alemanas, turcas, húngaras, judías, etc, haciendo que esta gastronomía hable a la par de la historia de una nación como de su situación geográfica.
Entre la infinidad de ingredientes de los platos típicos de la gastronomía cracoviana podemos encontrar carnes, pescados, verduras y frutas en conserva, setas, quesos, etc.
Destacan entremeses como el arenque y la carne tártara (carne picada condimentada con huevo y cebolla) y entre las carnes el cerdo y la caza. Platos como la “maczanka” a la cracoviana (chuletas de cerdo con cebolla y comino servidas con salsa en un panecillo) y el pato estofado con alforfón son típicos de la región.
Otros platos destacables de la cocina cracoviana son la sopa zurek con un sabor ligeramente ácido, golabki, bolas de carne picada con arroz que se envuelven en hojas de col y hervidas, pierogi de pasta rellenos de diversos ingredientes (destacando la huerta polaca), placki, que es una masa de patata con cebolla, harina y huevo frita y con aspecto de filete o la zupa pomidorowa, de tomate y acompañada con pasta.
Merecen, además, especial mención las cervezas polacas y el vodka entre las bebidas más populares entre los polacos. Las cervezas pueden tomarse con un poco de sirope de frambuesa o moras.
La tarta de queso sernik y el pastel de semilla de adormidera makoviec, junto a los buñuelos polacos, forman parte del abanico de postres cracovianos. Además, entre la bollería encontramos los obarzanki, a medio camino entre los pretzel y bagel.