En Un científico necesita tres meses para comprar un destornillador (El País, 16/10/2019):
La investigación científica de nuestro país está paralizada a causa de una burocracia desbordada. A la gestión económica de los fondos de investigación se le viene agregando una profilaxis asfixiante, sobrevenida quizá tras los innumerables casos de corrupción descubiertos en otros ámbitos de lo público. Nuestro sistema de ciencia, tecnología e innovación, el mismo que financia aquellos proyectos que considera más interesantes para nuestra sociedad, aboca al investigador a una absurda carrera de obstáculos administrativos en la que consume ingentes cantidades de esfuerzo y recursos.