El negocio de los rankings internacionales de universidades

En El negocio de los rankings internacionales: así se forran gracias a la guerra entre universidades (El Mundo, 2/10/2019):

Los principales escalafones mundiales del sector financian su actividad cobrando por servicios de consultoría a los mismos centros académicos a los que después juzgan y evalúan.

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Y es precisamente este tipo de productos, en los que también incurre THE (“ofrecemos estos servicios desde nuestra oficina de Hong Kong”, admite Baty) el que ha despertado recelos en las universidades españolas, porque interpretan que al ofrecerlos, los responsables de los principales rankings internacionales están actuando la vez como juez y parte, lo que consideran éticamente objetable.

Por expresarlo con una metáfora: ¿se entendería que la Guía Michelin cobrara a restaurantes de todo el mundo por asesorarles sobre cómo deben ser sus baños o cómo deben emplatar para conseguir una de sus reputadas estrellas? Y lo cierto es que QS, por ejemplo, también concede estrellas (QS Stars) a las universidades que compran sus consejos. Estrellas que después pueden lucir en su publicidad y documentación institucional como si fueran medallas en la solapa…

“DELEZNABLE”
“Es deleznable que el mismo que te juzga te venda servicios de consultoría para mejorar posiciones en su ranking”, afirma con contundencia Docampo, que se muestra partidario de utilizar la información estadística y reputacional que proporcionan estas empresas, pero denuncia las perversiones que está generando en los campus toda este mercadeo de reputaciones. “Algunos rectores compran la mejora de posiciones en los rankings como forma de defender y destacar los resultados de su gestión ante los claustros, pero no se dan cuenta de que en realidad le están haciendo un flaco favor a su universidad”, sostiene.