En la Universidad española se investiga mucho, o al menos se publica mucho, pero esa investigación no tiene demasiado recorrido después. La transferencia del conocimiento que se genera en los campus no sale a la sociedad civil, normalmente a través de convenios con empresas, según explica la Fundación CYD en su informe La contribución de las universidades españolas al desarrollo, presentado este miércoles.
“Los resultados obtenidos en indicadores tales como spin-off, patentes y de transferencia son inferiores a la capacidad potencial que se infiere de la excelencia investigadora”, explica el texto. “Teniendo un gran éxito en investigación, esta no da los frutos que se esperan”, añade Martí Parellada, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y coautor del informe, que sin embargo contextualiza: “Sucede en toda la Europa continental”.
El estudio pone cifras a su afirmación. En primer lugar, destacan los autores, llama la atención la disparidad entre producción científica y nivel de innovación del país. España ocupa el 11º puesto a nivel mundial en número de trabajos científicos publicados, por delante de países como Corea del Sur o Suecia, con 480.315 documentos entre 2015 y 2019, lo que supone el 3,39% a nivel mundial. Dicho de otra manera, uno de cada 33 estudios científicos publicados en alguna revista especializada en todo el mundo en ese periodo de tiempo se hizo en España. Sin embargo, el país está en el puesto 30º en el Global Innovation Index o el 16º en el ránking europeo de innovación.