A los 27 años y tras la muerte de su primer mujer María Manuela de Portugal, el príncipe Felipe se fijó en María I de Inglaterra, conocida como María I Tudor quien era también prima de su padre y entonces pariente suyo.
La ceremonia de la boda tuvo lugar en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554.
Contratado por razones políticas , tampoco duró mucho tiempo este nuevo enlace : sólo 4 años después, murió la nueva reina sin haber tenido descendencia.
¿ Quien era María I de Inglaterra ?
Única hija de Enrique VIII y su primera esposa Catalina de Aragón , María nació en el palacio de Greenwich el 18 de febrero de 1516.
Fue también la única descendiente de la pareja real, lo que fue una gran frustración para su padre Enrique VIII y fue al origen de la difícil juventud de María. El rey que había esperado durante 11 años un varón para garantizar su descendencia , decidió por fin pedir la cancelación de su matrimonio con su esposa Catalina. María sufrió mucho las consecuencias del divorcio de sus padres y fue declarada hija ilegítima. Del matrimonio siguiente de su padre con Ana Bolena, nació otra princesa : Isabel I. Más tarde, el Parlamento Inglés decidió apartarla de la sucesión a favor de Isabel.
Del tercer matrimonio de su padre con Juana Seymour, nació Eduardo VI, nuevo heredero a la corona.
Durante este periodo encontró el alivio en el cariño de su madre y decidió mantenerse fiel a la educación católica que le dió en una Inglaterra cada vez más cercana del protestantismo. Se convirtió en una defensora de la fe católica y se empeño desde luego en restablecer el catolicismo.
A los 38 años (1553) subo por fin, al trono de Inglaterra, con el nombre de María I, convirtiéndose en un partido interesante para el heredero de la corona de España, Felipe.
Tras su matrimonio con Felipe, María emprendió una feroz represión contra todos aquellos contrarios a la reinstauración del catolicismo, realizando persecuciones de protestantes y condenando a la hoguera a 273 personas, lo que le valió el apodo de Bloody Mary : «la sangrienta María».
¿Cuáles fueron las circunstancias de este matrimonio?
En un primer tiempo prometida a Carlos V, su primo, María se encontró sin novio cuando, cambiando de idea, el emperador eligió finalmente a Isabel de Portugal.
Más tarde, Felipe II viudo tras la muerte de María Manuela de Portugal, Carlos V tomó la decisión de casarlo de nuevo y con María de Inglaterra consiguiendo así el apoyo de Inglaterra contra los Países Bajos y también el aislamiento de Francia : el emperador deseaba, en efecto, unir bajo una misma corona Flandes, Borgoña e Inglaterra a fines de defender mejor sus posesiones de las ambiciones francesas.
En cuanto a María de Inglaterra se dice que poseía un retrato de Felipe pintado por Tiziano Vecellio, y que mirandolo, “experimentó un súbito enamoramiento propiciado por su edad madura y el desamparo afectivo que había manifestado en el pasado ” y entonces aceptó la proposición de boda. Ademas, su primo muy poderoso, joven y guapo representaba un buen partido y sobre todo un apoyo incontestable en su empeño a defender el trono de las ambiciones protestantes.
El 6 de enero de 1554, fue en Londres donde se celebró la boda. El rey no era presente y fue el conde de Egmont, destacado aristócrata flamenco que le representó.
Se dice que ” durante la noche de bodas el noble se acostó en el lecho de la reina para públicamente cumplir con la tradicional costumbre pero estaba cubierto de la cabeza a los pies con su armadura ya que no tenía poderes para mayores intimidades. ”
Felipe vino a juntarse con su esposa en mayo de 1554. Nada más llegar recibió la máxima condecoración inglesa, la Orden de la Jarretera.
Fue sólo el día de la ratificación nupcial y de la misa de velaciones, 25 de Julio en la Catedral de Winchester, cuando los recién casados pudieron verse por primera vez. Pasaron la luna de miel en el castillo de Windsor.
La vida conyugal
María se enamoró perdidamente de Felipe y realmente deseaba darle un hijo. Después de 3 meses, pensaba estar embarazada ya que no tenía menstruación, mostraba el vientre hinchado, sufría mareos… y se anunció el parto para el mes de abril de 1555. Pero el tiempo del embarazo sobrepasado, los médicos se rindieron ante la evidencia para atribuir el abultamiento del vientre de la reina a una hidropesía, vulgar retención de líquidos.
Bonner, el obispo fanático católico de Londres, atribuyó lo que había ocurrido a un castigo divino por no continuar la persecución de herejes. Desde luego, María ordenó quemar vivas en los tres meses siguientes a más de 50 herejes.
En cuanto a Felipe, no tenía ningún interés en este matrimonio, sólo se contentaba con obedecer a su padre y con cumplir su misión de engendrar un heredero. Con el tiempo que pasaba, Felipe se fue apartando cada vez más de aquella esposa que no amaba y que ademas no procuraba darle un hijo. Siempre de viaje para la corona, procuraba olvidar aquel matrimonio de pura conveniencia con jóvenes cortesanas.
Desesperada por la ausencia de su marido, por su deseo de dar a luz un hijo y por este amor no correspondido, María de Inglaterra iba cada vez más enferma. Esperaba con ardor el regreso de su esposo escribiéndole cartas a diario que él contestaba con cartas frías y protocolarias.
En marzo de 1557, Felipe volvió a su lado pero sólo para pedirle hombres y dinero para la guerra contra Francia. Tras cuatro meses de estancia, y conseguida la ayuda inglesa, el rey regresó a Flandes. María le despidió entre besos, lagrimas y abrazos haciéndole prometer un pronto regreso. De aquella escena desgarradora nació una canción popular inglesa que dice: “Gentle Prince of Spain / Come, oh, come again…”.
Nunca regresó el rey. Lo que no hizo más que incrementar la desesperación de la reina que envió emisarios a Felipe pocas semanas después para anunciarse un nuevo embarazo. Felipe que no lo podía creer, envió al duque de Feria para verificarlo. Este desmintió el rumor y atribuyó esta mentira a la desesperación y enfermedad de la reina.
Su malestar siguió empeorándose hasta que Felipe, unas semanas antes de su muerte, envió a un sacerdote para asegurarse que la reina nombrara a su hermana Isabel como heredera ( Felipe pensaba en la posibilidad de casarse con ella ). María que pensaba que su marido llegaría detrás del sacerdote, se mejoró unos días. Pero, cuando se dio cuenta de que se había equivocado, la depresión empezó a afectar gravemente su salud que fue declinando hasta que falleció sin dejar sucesión en la madrugada del 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de St. James. En su testamento solicitó ser enterrada al lado de su madre, pero su petición fue denegada, por lo que fue enterrada en la Abadía de Westminster.