Los usos del agua: el regadío y los molinos hidráulicos

El valle de Elda presenta un clima muy seco, con unas precipitaciones medias anuales de 415 mm y una temperatura media anual de 15’5oC. Es por ello que nos encontramos en un espacio con poca presencia de agua. Estas características climáticas propician una vegetación leñosa, de hojas pequeñas y duras, con gran presencia de arbustos y matorrales.

El espacio ha sufrido transformaciones al crearse áreas agrícolas y de poblamiento. Las comunidades agrarias tradicionales se adaptan a las características básicas del ecosistema natural mediterráneo, sin embargo el uso del agua genera espacios nuevos ya que el agua requerida por los cultivos de huerta es mayor a la cantidad de agua aportada por las precipitaciones. Por lo tanto, se crea “un nuevo espacio irrigado que supone que el agua sea separada de su ciclo natural para integrarla dentro de un nuevo circuito”1.

Es por ello que aunque todos los asentamientos de época moderna tendrán un punto de agua a su disposición tenemos que distinguir entre aquellas comunidades establecidas directamente en el valle fluvial, como Elda, y aquellas ubicadas en las laderas de los corredores, como el caso de Petrer. Elda contará con espacios hidráulicos más extensos y Petrer dispondrá de reducidos regadíos construidos a partir de fuentes, minas y barrancos2.

En este medio de escasez de agua la tecnología campesina se dirige hacia la creación de redes de captación y distribución, es decir, se crean estructuras hidráulicas y cada una de ellas cumplía una función concreta. Esta tecnología tradicional contaba con el hecho de que el agua circula por gravedad por lo que las estructuras pueden ser de dos tipos:

Presa y acequias del Pantanet de petrer. Extraída de: http://www.cma.gva.es/web/indice.aspx?nodo=56554&idioma=V

Presa y acequias del Pantanet de Petrer.
Imagen extraída de: http://www.cma.gva.es/web/indice.aspx?nodo=56554&idioma=V

  • Las estructuras hidráulicas que captan y transportan el agua, superficial o subterránea, por gravedad. Esto son los azudes, presas, diques, muelles, boqueras, qanat…
  • Los artefactos para elevar el agua, que serían las norias3.

Sin embargo, el agua no está destinada únicamente para su uso en el regadío, sino que también la encontramos como fuerza motriz en los molinos hidráulicos.

Existían varias tipologías de molinos, como por ejemplo los molinos horizontales que a su vez tienen dos variantes, de cubo y de rampa. Éstos estaban compuestos por una rueda motriz que recibe el impulso del agua, unida a un eje vertical (árbol) a través del cual da movimiento a la muela corredera, y su uso era el de moler grano.

Esquema del funcionamiento de un molino

Mecanismo interior de un molino horizontal de agua según F. Palanca y J. Gregori, tomado de PÉREZ MEDINA, Tomás V. Los molinos de agua en las comarcas del Vinalopó (1500-1840). Col•lecció l’Algoleja/2, CEL (Centre d’Estudis Locals de Petrer), 1999, ISBN 84-605-9651-6.

Por otra parte están los molinos verticales destinados sobre todo a abatanar y golpear paños, trapos, fibras o metales con mazos y martinetes, aunque también a moler grano. Por tanto, la molienda necesita un movimiento circular continuo de la piedra volandera que, mediante el frotamiento, tritura los granos, mientras que los batanes y martinetes necesitan transformar el movimiento circular en movimientos alternativos de un eje horizontal que acciona los mazos.

Tipología de molinos de agua verticales. Imagen extraída de: http://www.clarionweb.es/6_curso/c_medio/cm603/cm60303c.htm

Tipología de molinos de agua verticales.
Imagen extraída de:
http://www.clarionweb.es/6_curso/c_medio/cm603/cm60303c.htm

En las comarcas del Vinalopó los molinos más numerosos son los harineros de agua de cubo y de rueda horizontal, pero también hay molinos ligados a los hornos de pan, las almazaras de aceite y los hornos alfareros, y además también encontramos molinos de pólvora. Para Elda y Petrer se conocen 2 molinos harineros desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII cuando aparece un tercero en Elda, incremento vinculado al crecimiento demográfico. Por otra parte, tenemos noticias de la existencia de molinos de pólvora en Elda y Petrer durante el siglo XVIII, siendo los más habituales los de rueda horizontal para moler los componentes de la pólvora (salitre –nitrato potásico–, azufre y carbón vegetal).

Por su parte, en Elda tenemos noticias de dos molinos de pólvora, uno ubicado en la partida del Chorrillo aprovechando las aguas del río Vinalopó; y otro en la Séquia Major noveldense, en el tramo que circula por el sur del término de Elda. En cuanto a Petrer encontramos noticias de tres molinos de pólvora, controlados por el conde de Elda que era señor de la baronía y le correspondía el derecho exclusivo de posesión y explotación de los molinos. Uno de ellos estaba en la rambla de Puça, del cual todavía pueden verse algunos restos arquitectónicos del edificio que fue reutilizado posteriormente.

En último lugar, también encontramos en Elda tres molinos papeleros de finales del siglo XVIII y molinos hidráulicos de martinetes de esparto, pues el trabajo del esparto estuvo muy generalizado en los pueblos como una actividad artesanal suplementaria de las clases más bajas. Elda destaca por ser la única población del Vinalopó de la que tenemos información sobre este tipo de martinetes hidráulicos4.

1PÉREZ MEDINA, Tomás V. “La cultura tradicional de l’aigua a les Valls del Vinalopó”. Revista del Vinalopó: Dossier: Toponímia. CEL (Centre d’Estudis Locals de Petrer), 1999, nº 2, p. 99-112 ISSN 1139-7322.
2PÉREZ MEDINA, Tomás V. Los molinos de agua en las comarcas del Vinalopó (1500-1840). Col·lecció l’Algoleja/2, CEL (Centre d’Estudis Locals de Petrer), 1999, ISBN 84-605-9651-6.
3PÉREZ MEDINA, ref. 1
4PÉREZ MEDINA, ref. 2

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