Los dioses del agua y la lluvia

Los siguientes dioses a mencionar son:

CHALCHIUHTLICUE: Diosa del agua viva.

Su nombre quiere decir “la falda de jade” se le conocía también como Apozonalotl, que manifiesta la ondulación de las aguas: Atlacamani, se refiere a las tempestades y, Ahuit y Ayauh que alude a su movimiento. Los Tlaxcaltecas le decían Matlacueye o sea “la vestida con faldellín azul” y en su honor le pusieron a un monte en el que aun se siguen formando nublados tempestuosos, el llamado Malinche. Chalchiutlicue era la compañera de Tlaloc dios de la lluvia: tenían poder sobre las aguas. Ambos fueron creados por los cuatro Texcaltipocas. “La falda de jade” era de las diosas más veneradas. Tenía el don de la purificación.

TLALOC: Dios de la lluvia.

Tlaloc quiere decir “néctar de la tierra“ fomentaba la agricultura. Dentro de la religión azteca era uno de los más importantes. Recibió diversos nombres: en Zapoteco era Cocijo “rayo”, en Totonaca era Tafin, en Mixteco era Tzahui y en Tarascó, Chupi – Tirípeme “agua preciosa azul”. A él también se le ofrecían sacrificios humanos; niños que morían ahogados. Sus representaciones en diversos materiales lo muestran con mascara; en la cultura Olmeca, en Teotihuacan, es de Tigre – Serpiente y su cabeza está integrada con la de Quetzalcóatl, prueba de su alta posición entre las deidades. Posteriormente su máscara la formaban dos serpientes.

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