Nuevo reglamento disciplinario de la Universidad de Burgos

La UBU expulsará por los plagios y las novatadas, Diario de Burgos (23/05/2024):

El Gobierno central aprobó en febrero de 2022 la Ley de Convivencia Universitaria, que sustituye a un desfasado y anticuado decreto que data de 1954. Las instituciones académicas tienen que adaptarse a esta nueva normativa y es por ello que la UBU ya ha elaborado el borrador del Reglamento de Régimen Disciplinario del Estudiantado del campus, que en estos momentos se encuentra en exposición pública antes de su aprobación definitiva por parte del Consejo de Gobierno. Entre las principales novedades que recoge el documento figura que, por primera vez, se contemplan de forma específica conductas inapropiadas como las novatadas, los plagios y el fraude académico sobre títulos, así como las sanciones que pueden acarrear.

Fernando Maestre, de la Universidad de Alicante, se va a Arabia Saudí

En Arabia Saudí ficha al científico español Fernando Maestre, uno de los más citados del mundo (El País, 09/02/2024):

“No puedo más con la burocracia, las dificultades del día a día, la falta de personal estable, la necesidad de pedir proyectos de financiación continuamente y el papeleo absurdo”, critica. El investigador ha pedido una excedencia de cinco años en la Universidad de Alicante para mudarse con su familia a la península arábiga.

El sistema no funciona

En Los profesores con mejor expediente, ante las malas notas en PISA: “El sistema no funciona, penaliza el conocimiento y el esfuerzo” (El Mundo):

700 premios Fin de Carrera piden un cambio en el modelo educativo: “A la universidad llegan personas que no entienden lo que leen”

«La lectura y la escritura están en el punto de mira. Con la excusa de no dejar a nadie atrás, se ha encubierto una bajada de nivel. Se han sustituido los saberes por las competencias y la clase magistral está amenazada. Se está sobredimensionando el papel de la tecnología y hay una necesidad de innovar por innovar, aunque esto no signifique una mejora para los alumnos». Quien habla es Carmen González, profesora de Lingüística de 28 años en la Universidad de Salamanca.

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Y los profesores están cansados. Del tamaño del aula. De los cambios legales. De la falta de medios. De que no se mida la efectividad de las innovaciones. De tener que asistir a cursos de formación sobre cosas que no les sirven para nada. No entienden por qué cada vez tienen que hacer más tareas burocráticas que les restan tiempo para preparar bien las clases, ni tampoco por qué, «si se ha visto que hay cosas que funcionan, no se sigue su ejemplo».

La universidad, hoy: “Los profes son mulas y los decanos creen dirigir la General Motors”

En La universidad, hoy: “Los profes son mulas y los decanos creen dirigir la General Motors” (El Confidencial):

El decano de una gran universidad asiática acababa de terminar su discurso, en el que había elogiado extensamente su instituto de tecnología de última generación y la reciente escuela de negocios que había inaugurado. A su lado había dos jóvenes fornidos, que lucían trajes negros bajo cuyas formas se adivinaban armas de fuego. Terry Eagleton, profesor de Literatura en la Universidad de Lancaster, debía cerrar la intervención, y según cuenta en un artículo publicado en ‘The Chronicle of Higher Education’, se le ocurrió cerrar su intervención mencionando un detalle que suele pasar desapercibido en muchas instituciones educativas de Occidente, como es la inexistencia de estudios críticos de cualquier tipo en el campus. Eagleton asegura que el decano le miró perplejo y replicó en tono rígido: “Tomamos nota de su comentario”. Acto seguido, extrajo de su bolsillo un objeto tecnológico de última generación y escribió unas cuantas palabras en coreano que podrían ser traducidas, aventura irónicamente Eagleton, como “Matadle”.

Algo pasa en la universidad y algunos sobran

En Algo pasa en la universidad y algunos sobran (La Vanguardia):

Lo lógico es que lo que pasa en Nueva York se quede en Nueva York. Pues esta vez no. La cuestión es que un reportaje publicado este miércoles en La Vanguardia sobre la historia de un profesor de la Universidad de Nueva York, privada, al que echaron porque sus alumnos se quejaron de que era muy duro y suspendía demasiado ha tenido un gran eco en España. Sobre todo en la conversación en las redes. No tanto por el caso en sí, sino por el debate que ha desencadenado (y destapado) entre profesores de nuestras universidades ¡públicas!

Los comentarios de este artículo escritos por sus lectores son muy interesantes.

Cinco universidades españolas se sitúan entre las 200 mejores del mundo

En Cinco universidades españolas se sitúan entre las 200 mejores del mundo (El Mundo):

Cinco universidades españolas -la de Barcelona, la Autónoma de Barcelona, la de Granada, Valencia y la Complutense de Madrid- figuran este año entre las 200 mejores del mundo en el “ranking” de Shanghái, considerada la clasificación más prestigiosa a nivel mundial de los campus universitarios.

El Academic Ranking of World Universities (ARWU), más conocido como la clasificación de Shanghái, se publica desde el año 2003 y lo actualiza cada año la Universidad Jiao Tong, situada en esa ciudad china. Los campus se ordenan uno a uno hasta el número cien y partir de ahí lo hacen por bloques.

La evolución del trabajo del profesor en la universidad

En El tiempo de los profesores universitarios:

Precisamente en estos días son legión quienes los felicitan por comenzar esas vacaciones imaginarias de tres o cuatro meses que, de acuerdo con el lugar común, se abren ante nosotros cuando terminan las clases. En realidad, incluso esta percepción del calendario académico ha quedado anticuada: en el empeño por hacer que las universidades se parezcan cada vez más a los institutos, son ya pocos los centros españoles que mantienen la vieja costumbre de empezar las clases a final de septiembre y terminarlas a final de mayo, siendo la norma subirse a la tarima a primeros de septiembre y hacer los exámenes de recuperación —aire acondicionado mediante— en pleno mes de julio.

Si los profesores de universidad solo impartiesen docencia, habría que aceptar con deportividad el amable reproche social. Pero no es el caso: lo que nos distingue del profesorado de la enseñanza media es el deber de investigar, tarea a la que en las últimas dos décadas se ha sumado el imperativo de gestionar burocráticamente los distintos aspectos de nuestra actividad. De ahí que con demasiada frecuencia el verano se dedique a aquello que animó a muchos a emprender la carrera académica: estudiar y escribir.

La tiranía de la evaluación docente

En La tiranía de las encuestas de evaluación docente en la Universidad:

La decisión sobre si evaluar a las personas en las organizaciones o cómo hacerlo es una de las cuestiones más importantes para éstas, no sólo por si el método elegido nos permite realmente evaluar el trabajo de la gente, sino también por los efectos que dicha forma de evaluar tienen en su comportamiento. En este artículo de opinión analizamos la evaluación de la docencia del profesorado universitario dada la creciente importancia que está tomando.

 

Las universidades españolas no pueden pagar la factura de la luz

En Las universidades sufren la subida del precio de la luz y limitan horarios y aperturas de edificios:

La escalada de los precios energéticos llega a la Universidad. Algunos campus públicos han empezado a recortar servicios que ofrecen habitualmente, como los lugares para estudiar, para reducir el impacto que el coste energético está produciendo en sus siempre depauperadas finanzas.

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Ha sucedido ya, al menos, en las Universidades de Burgos, Extremadura, Zaragoza y Murcia. El campus de la capital aragonesa llegó a advertir a su alumnado de que se abrigase bien ante el previsible frío que podrían pasar en las aulas con el corte de la calefacción previsto. La Universidad del País Vasco también amagó con prohibir el uso de cafeteras, microondas y radiadores eléctricos a su personal docente y administrativo para ahorrar en la factura energética, así como adelantar el apagado de la calefacción, pero tuvo que dar marcha atrás ante las quejas que provocó la situación en algunas facultades cuando la temperatura cayó a 16 grados la semana pasada.