Las Escuelas

Acabada la guerra a los niños se les incorporaba muy pronto a la vida de adultos, aprendiendo un oficio por lo que apenas podían asistir a la escuela. Podemos encontrar ejemplos de ello en nuestros abuelos que son los niños que vivieron las consecuencias de la Guerra Civil Española. Muchos asistían cuando podían y el día que lo hacían, acudían con alguna ofrenda, como por ejemplo huevos a modo de disculpa. “Fuente: nuestros propios abuelos”.

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El Ayuntamiento de Almansa a lo largo de 1939-1940 dedicó numerosas partidas de dinero para adecuar las escuelas de la ciudad y garantizar una educación que se generalizó a lo largo del siglo XX. Se destinó dinero para limpiar los locales, pintarlos, comprar crucifijos, retratos del caudillo, banderas y enseres indispensables.

Finalizada la guerra 21 maestros y maestras de la localidad fueron sometidos a un proceso de depuración, quedando tan solamente 11 sin sanción. El régimen impuso un férreo control de la escuela primaria, de manera que los maestros y sus doctrinas fueron adaptados a los nuevos tiempos. Estaban  sometidos a una severa vigilancia y debían de seguir una conducta ejemplar. Prueba de ello es la carta recibida el 14  de noviembre de 1940, dirigida al Sr. Alcalde del Delegado Comarcal del Servicio Español del Magisterio, D. Severino Teruel Ávila, en la que solicita información sobre la conducta de 12 maestros y 11 maestras de esta ciudad.

Relación de Escuelas Nacionales, Centros Particulares y Maestros,

en Almansa del 15-07-1933 al 09-02-1943

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Bibliografía: Almansa desde los reyes Católicos hasta la Transición, por Miguel Juan Pereda Hernández. Actas, Archivo Municipal de Almansa y AHMA, Legajo 389, Expedientes 6, 7 y 15.

 

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