Categories
Relatos

La chica del cuadro

Me encontré a la chica del cuadro al torcer la primera esquina según salía de la exposición, la seguí durante un instante, para ver si era uno de esos extraños momentos que últimamente me acompañaban tanto, esos extraños momentos en que la ficción y la realidad se daban la mano, mientras yo miraba distante.
Con el roce de mi mano, la chica se dio la vuelta y antes de que pudiera decir una palabra su mano reboto contra mi rostro…
-Mal momento para comenzar una conversación supongo
-Supongo…
-Perdona es que te acabo de ver en un cuadro te lo juro y quería ver si eras real.
-¿Y te he parecido real?
-Muy real, ¡No te crees lo que te cuento verdad!, ¡Acompáñame y te lo demuestro!
-No es necesario, la exposición es mía, soy la autora.
-Ves ya estoy otra vez viendo cosas raras ¿Eso es una oveja verdad?
-Si, ¿Qué tiene de raro?
-La situación… porque estamos en el centro de Madrid
-Cierra los ojos, a lo mejor cuando los abras ya no esta.
Con determinación pero sin encontrarle sentido cerré los ojos y cuando los abrí, no había oveja, no había chica, ni siquiera estaba en Madrid.
La oveja había desaparecido y en su lugar había una procesión de nazarenos.
Cogí el móvil y llame a mi hermano rápidamente antes de que desaparecieran los nazarenos.
-¡Javi! Por favor ven a casa y llévate tu marihuana.