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Consuelo

Consuelo: V. bajo consolar; Nombre de mi abuela
Cuando estaba triste dejaba las miradas de lado y jugaba con las palabras, me juntaba con algún amigo y hacíamos un concurso a ver quien se encontraba peor, normalmente perdía el que mas hablaba, esa extraña búsqueda de compasión siempre me ha llamado la atención porque no hacía que me sintiera mejor sin embargo no podía evitar quejarme, otras personas era entonces cuando se dedicaban a vaciar vasos, mientras yo intentaba mediante las palabras vaciar mi cabeza, cosa arto improbable, a la vista de un vaso vacío no podía evitar meter allí mis palabras, una vieja costumbre y siempre había alguien que se sentía ofendido porque metía mis recuerdos en sus vasos vacíos, pero que coño en algún sitio tendría que ponerlos no…
Me encantaba cuando nadie miraba dejarle todos los consejos acumulados al camarero, que hiciera lo que quisiera con ellos, yo nunca sabía que hacer con los consejos más que acumularlos.
El único con quien nunca encontrabas consuelo era con José María, este tenía la extraña facilidad de cambiar de conversación sin que tu apenas te hubieras dado cuenta, a veces lo miraba esperando el extraño giro en su dialogo que me iba a llevar al sitio desde el que venía pero eso nunca pasaba.

-José estoy muy jodido me he despistado un momento tan solo un instante y le he destrozado el coche a mi padre.
-Joder no encuentro el momento de decírselo.
-No te preocupes… por cierto sabes que he perfeccionado una técnica para mear sin dejar la última gota en el calzoncillo y eso que hace un par de meses me parecía imposible.

En ese preciso momento me levante y me marche, me daba igual si era un mentiroso, si realmente llevaba dos meses perfeccionando una técnica para no dejar la última gota en el calzoncillo, joder estaba preocupado por como comentarle a mi padre que le había destrozado el coche y el me contaba lo de la última gota del calzoncillo. Además a alguien que intenta aprender a mear sin dejar la última gota en el calzoncillo deberían de darle o un premio raro o un par de hostias, no me extrañaba que su novia le hubiera dejado, a ninguna tía le puede gustar alguien que mee tan bien como José María, debería aprender algo importante como jugar al badminton y dejarse de gilipolleces.