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Relatos

En circulos

El día era increíblemente caluroso, tambien es verdad que un desierto sin calor no es un desierto, les habían comentado que por la noche refrescaría, pero francamente a quien le importaba.
Ellos se perdieron juntos, la gente dice que es mejor hacer las cosas en compañía, pero creo que si tienes que perderte mejor que sea solo, si no estas solo, no te has perdido del todo, es una perdida a medias.
Los buitres volaban sobre sus cabezas formando círculos cada vez más cerrados. El pensaba que el desierto no tenía fin e imaginaba una duna tras otra allá donde la mirada le llegaba, sin duda como tantas otras veces en su vida se había introducido en un laberinto y no sabía encontrar la salida. Ella pensaba que había demasiada arena y que sería imposible contarla, estaba maravillada por la inmensidad del desierto, y los hermosos tonos de la arena reflejada por el intenso sol.
El miraba hacia el cielo en el que el sol brillaba cada vez con mas fuerza y los buitres seguían allí girando, dando vueltas en circulo sobre sus presas, sabía que apenas les quedaba agua y el miedo y el cansancio empezaban a dejar mella en el.
Ella por el contrario miraba al cielo despreocupada y sorprendida por lo bonito que era ver a los pájaros volar en aquellos círculos tan perfectos, eran preciosas y curiosas las sombras que los pájaros creaban sobre aquella arena tan blanca y tan brillante.
El seguía andando pensando en la gente que no volvería a ver, en las cosas que no había hecho y que ahora probablemente ya no podría hacer. Ella pensaba que el bronceado iba a ser perfecto y que aunque le estaba dando el sol un poco en exceso, iba a ser sin duda la más morena de todas sus amigas.

Nacimos para compartir pequeños momentos y tendemos a alargar los mismos hasta la saturación.