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Costa Rica 4 Bahia Drake

Lo primero… Las fotos en cuanto pueda, ahora esta muy complicado.

La idea cuando llegamos a Bahia Drake era adentrarnos en el parque natural de Corcovado y acercarnos a la estación forestal de Sirena, pero otra vez todo cambio y nos quedamos en Bahia Drake donde muy cerca tambien hay bosque primario, una vez alli, nos hospedamos en Finca Maresía.

El cansancio acumulado del viaje es grande, tal es asi, que aqui, acabo nuestro viaje conjunto por Costa Rica ya que Tere y yo nos hemos quedado aquí una semanita siete dias en la gloria lor primeros estresados en la hamaca con los libros y las cervecitas y los siguientes haciendo excursiones y viendo unos cuantos bichos.
En Finca Maresía se ve una pequeña porción de Bahia Drake, el hotel esta rodeado de vegetación, los árboles envuelven las cabañas que estan distribuidas a lo largo de la ladera, en la parte alta esta la zona común donde nos deleitamos con la comida española cocinada por Juan y nos extresamos tumbados en las hamacas, mientras vuelan los guacamayos y atardece con el grito de fondo de los monos.
Frente a mi hamaca el nido de dos guacamayos rojos que pasean su amor surcando el cielo, mientras la tranquilidad total nos envuelve, cuano los sonidos ya empiezan a ser familiares, suena un berrido infernal y me despierto yo y los americanos, me asomo asustado afuera … Tere ha vuelto a cantar mientras se ducha… (Cuando lea esto me mata)

El primer dia nos vamos a playa Cocalito, el segundo dia nos vamos al rio, tras una larga descripción del camino a tomar por Juan, lógicamente nos perdemos y nos bañamos no obstante en otra parte del rio.
El tercer día mas relax. El cuarto decidimos lanzarnos a la aventura y nos vamos a la Isla del Caño.

Nos vamos a Isla del Caño con Remy y nuestros nuevos amigos americanos, el mar esta como una balsa, el capitán me parece muy joven, no creo que llegue a los veinte años, le pregunto como se llama y me dice que Memo, … Extraño nombre pienso yo, y ruego a dios que no sea un apodo, … Tere dice que seguro que me ha dicho Nemo, yo me quedo mas tranquilo si es así, pero espero que la barca no
acabe como el Nautilus, esto es… bajo el agua.
Por el camino veo algo moverse, se lo comento a Memo y nos acercamos, son unos preciosos delfines moteados, y estamos con la barca un buen rato junto a ellos.
La gran ilusión de esta excursión era ver las ballenas, pero no es la época, no se donde narices habremos nosotros leído que si, pero en fin.
La isla no vale demasiado la pena, lo que vale la pena es el snorkel y los bichos que veas y eso depende de la suerte, yo finalmente no veo tampoco los tiburones, pero Tere encuentra un gran banco de peces, así que nos quedamos con buen sabor de boca, de llegar sanos y salvos, porque a la vuelta el mar se pone bravo como dicen ellos, y las caras de pánico en la barca, mirando todos al joven capitán Memo son un poema.
La siguiente excursión es a San Josecito, una playa muy bonita, con una islita enfrente con palmeras y agua cristalina, desde esa playa emprendemos un paseo por la selva, jungla bosque lluvioso o como se quiera llamar hacia finca Maresía, y el paseo que ponía que era de dos horas se convierte como por arte de magia en tres horas y media, nada mas salir ya vemos monos y Guacamayos, y a los diez minutos encontramos Río Claro donde cogemos una barca de remos con el guía Evelio que nos lleva a dar un paseo por un precioso río con aguas calmas y cristalinas.

El día invita al baño y le pregunto a Evelio, que lleva la canoa si me puedo pegar un baño, el hombre me dice… Si claro, pero Tere me dice que mejor me bañe mas adelante porque el agua tiene muchas plantas por arriba y maderitas.
Treinta segundos después Evelio nos enseña un caimán pequeñito, y yo empiezo a pensar que querría decir con lo de… si claro, si claro para el caimán o claro para mí.
Posteriormente lo conocere mejor y le parece normal cualquier situación es una especie de Indiana Jones Costarricense, y desde luego un gran guía muy recomendable para cualquier paseo.
Las americanas aparecen luego en otra canoa y al ver la parte final del río con un tronco cruzado, dicen al unísono.

Ohh My Good.

Subimos a ver unas cataratitas que hay en la parte de arriba donde me pego un baño siempre viendo que se ha metido primero Evelio, porque yo ya no me fío un pelo del tema…caimanes.

Las americanas me preguntan si es seguro subir, yo en plan aventurero les digo que si y emprendo la subida a la catarata tirando de una maroma que hay colgada entre las rocas, Tere mira a su chico valiente, según las digo esto, le meto una patada descalzo a la roca y me deshago el dedo que empieza a sangrar, pero no puedo gritar porque entonces no sube nadie y rompería la imagen de aventurero
que estoy elaborando, me guardo el grito para mas tarde en cuanto me quede a solas.
Evelio salta desde lo alto de una roca al agua y me dice que salte yo
también, yo me miro el dedo deshecho y pienso que ya haré el Indiana Jones otro día.
Finalmente seguimos con el camino de vuelta y vemos muchos mas monos.

En nuestra estancia en Finca Maresia hemos visto pasar a mucha gente, tres valencianos muy divertidos del Colegio el Vedat, este grupo de americanos encabezados por Remy un tio estupendo, dos Argentinos muy majos tambien, Ricardo y Soledad, otra pareja de Españoles que vivían allí, dos noruegos mas colgados que las maracas de machin, que se dedicaron a buscar serpientes venenosas y un largo etcetera.
La imagen que me llevo es la de un cocodrilo de mas de cuatro metros que veo en la orilla de la playa el día que nos ibamos, justo donde el día anterior me había dado mi último baño en la seguridad del mar ya que el rio no me inspiraba la misma