LD (M. Llamas) 2008-03-05 Libertad Digital
Además, en un contexto de aumento de paro y restricción de crédito, con la consiguiente reducción de la renta disponible de los españoles, “la posibilidad de subir los alquileres quedarían seriamente limitadas”. En tal caso, “el ajuste sólo podría producirse mediante menores precios de adquisición”, es decir, caída sustantiva de precios. La bajada podría oscilar entre el 20 y el 40 por ciento.
De hecho, no sería la primera vez que acontece un ajuste del PER de la vivienda en España: “a partir de 1990, momento en e que el PER alcanzó el máximo de 25,5, los precios dejaron de subir hasta 1997 e, incluso, llegaron a caer un 1,3 por ciento en 1992”, según el estudio. Pero la “anterior burbuja” inmobiliaria presentaba una “intensidad mucho menor a la actual”. Su corrección se produjo con subidas del alquiler superiores al 8 por ciento anual, junto al estancamiento y caída de precios de pisos. Como resultado, el PER regresó “a niveles más razonables de 17 entre 1996 y 1998”.
Por último, el actual boom inmobiliario español no es sólo superior al de entonces, sino que es, incluso, más grave al que presenta el mercado residencial de EEUU:
Entre 1993 y 2007, el PER de la vivienda estadounidense alcanzó el 16,9 de media. Justo antes del estallido de la crisis subprime se elevó hasta el 22,8. Es decir, el precio de los inmuebles estaban entonces “inflados” en un 35 por ciento.
Mientras, en España, el PER medio de los últimos 15 años es de 22,6, lo que implica una sobrevalorización del 42,5 por ciento.
Para aquellos que aún piensan que la inversión en vivienda siempre es un negocio rentable, el IJM advierte de que el Ibex 35 ha oscilado en 2007 con unos PER medios de entre 13 y 15 (menos de la mitad del PER en vivienda). Además, España presenta el PER en vivienda más elevado del conjunto de países desarrollados, a excepción de Mónaco. Es decir, España posee los inmuebles menos rentables del mundo occidental.