Retrato del rey Fernando, quien en 1516 nombró
a Cisneros regente y gobernador de Castilla
hasta la llegada de su nieto Carlos de Gante
Por disposición testamentaria, el rey Fernando nombró a Cisneros, en enero de 1516, regente y gobernador de Castilla, León, Granada y Navarra, hasta la llegada a España de su nieto Carlos de Gante. En este período de regencia, Cisneros tuvo que enfrentarse con graves problemas de orden interno y externo, como las insurrecciones en Baeza, Úbeda, Cuenca y Burgos; los pleitos nobiliarios entre Pedro Girón y Juan Alonso de Guzmán, entre el duque de Alba y la villa de Húescar; las ligas nobiliarias capitaneadas por el condestable de Castilla, el conde de Benavente y los duques de Medinaceli, Alburquerque e Infantado; e insidias en la corte de Carlos V. Sin embargo, el octogenario cardenal supo aplacar con gran maestría los conatos de levantamiento contra el futuro Emperador.