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04~Felipe II

Lo secundarios: 3

Vamos a recordar ahora a las figuras contemporáneas a Felipe II.  Aquellos que coincidieron en su tiempo, en su espacio… y en sus preocupaciones en muchos casos.

Comenzamos con su primer hijo, el Infante Don Carlos (que tantos problemas le ocasionaría). Sus limitaciones físicas, intelectuales y psicológicas serían su penar a lo largo de toda su vida. Un interesante trabajo sobre Cristóbal de Vega, médico de cámara del Infante, amplía nuestro conocimiento sobre su persona.

De entre las esposas de Felipe II destacaré a María I Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. Su matrimonio llevará a Felipe a la Corona inglesa, pero también, probablemente, a germinar los problemas futuros con la que, a partir del siglo XVIII, conoceremos como la  pérfida Albión

Sus más eficaces militares fueron el Duque de Alba, el “hombre del saco” para los niños neerlandeses, y Don Juan de Austria, su hermanastro -fruto de un desliz de Carlos V-.

En la política, muchos son los nombres que podríamos citar. Nos quedaremos con algunos de sus más feroces adversarios. Gillermo de Orange fue el principal lider de la rebelión que desembocó en la Guerra de los Ochenta Años, que culminaría con la independencia de las Provincias Unidas (hoy Países Bajos). Antonio Pérez pasó de ser secretario de Felipe II a conspirar contra la Corona, utilizando para ello desde la traición al asesinato. Si Lutero fue el azote del padre de Felipe II, éste tendrá que coexistir con un alumno aventajado de aquél: Juan Calvino. Calvino es considerado uno de los padres de la Reforma Protestante. Y esta herejía será uno de los martirios de monarca hispánico. Y por último citaremos a la Reina Virgen, Isabel I de Inglaterra. No sabemos si por despecho o por “simples” motivos políticos, pero lo cierto es que tenía atravesado a Felipe II.  

Y finalizo con dos nombres universales. Los últimos años del reinado de Felipe II coincidieron con el alumbramiento literario del grandísimo Miguel de Cervantes Saavedra (antes militar a su servicio) y la madurez artística de Doménikos Theotokópoulos, el Creco. Como no es necesario, no diré más ni de uno ni del otro.