Funcionamiento en época foral

En el Reino de Valencia encontramos una división territorial que ocupan dos gobernaciones diferentes, pero en la conquista de Orihuela aparecerá una tercera gobernación con el este mismo nombre, siendo la tercera y última gobernación del reino a partir de 1366.

La gobernación tenía al mando al Portavoz de General Gobernador, cargo designado por el rey para comandar al ejército dentro de su jurisdicción e impartir justicia, aunque en lo judicial la Real Audiencia de Valencia estaba por encima de este cargo. Además está el Capitán General de del Reino de Valencia, por encima del Portavoz en todos los aspectos.

En caso de que algunos cargos estuviesen saturados de tareas como puede ser en el caso del Portavoz, podía delegar algunos de sus asuntos menos relevantes entre lugartenientes y en sus asesores para que así todas las tareas que tenía asignadas pudiesen ser solventadas, esto también podía hacerse en caso de que se ausentase.

Los encargados de la administración y la contabilidad de la Hacienda Real eran el Batlle General y el Mestre Racional respectivamente. Eran dos de los cargos nombrados por el rey, ya que debían recaer sobre hombres de confianza para evitar inestabilidades.

El Batlle General estaba obligado a nombrar Batlles locales para mantener un control total en las diferentes regiones del reino, por lo que eran sus propios hombres de confianza y con grandes recursos en las zonas donde eran asignados. En Orihuela estará monopolizada la bailía por dos familias, la Santágel y la Vich.

Cuando Callosa contó con Batlle local a partir de 1620, le restó poder a la oligarquía municipal, ya que el nuevo Batlle podía impedir el ascenso de estas clases a cargos públicos de cierta relevancia.

Por encima de todos encontramos al Justicia, que era la primera autoridad en la administración judicial civil y penal. El cargo era remunerado y de carácter anual, se solía jurar el 22 de diciembre.

Otro órgano importante era el de los jurados, compuestos por tres o cuatro miembros, regulaban la vida dentro del municipio y se elegían el día de San Juan. Podían intervenir en todo asunto monetario hasta los 300 sueldos. Los primeros Jurados de Callosa eligieron a todos los cargos del Consell, estableciéndose una oligarquía perpetua, por los diferentes cargos y administrativos que les favoreciesen. El cargo de conseller no estaba estaba remunerado.

Navarro Hernández, Antonio José, Creación y consolidación del municipio de Callosa del Segura en tiempos de fueros, Alicante, Instituto alicantino de cultura Juan Gil-Albert, 2001, pp. 47-54.


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