La solución de los problemas económicos de dependencia

 A pesar de todos los lastres económicos que suponía la independencia, como hemos visto en entradas anteriores, el Real Privilegio de 1579 ofrecía otros aspectos ventajosos al Consell de Callosa, que como ahora veremos, permitirán abandonar el estado de dependencia.

  Dicho privilegio facultaba a callosa para instalar una cámara o pósito de trigo para avituallar a la población, así como también se autorizaba  un horno.  Esto posibilitaba que el campesino pudiera vender su excedente y obtener algún beneficio, lo que acabaría conformando un mercado semanal dentro de los límites de Callosa.

  En cuanto a los pastos utilizados hasta 1579 indistintamente tanto por Orihuela como por Callosa, así como de las vías de comunicación, Callosa  se quejaría de la utilización fraudulenta de estos por parte de Orihuela. Esta ciudad arrendaba los pastos a forasteros, los cuales introducián los ganados hasta las mismas puertas de la Villa, que ocasionaba malestar en la población y la ruina de algunos ganaderos. La solución llego el año 1611 por sentencia de la Real Audiencia de Valencia, que prohibió que los ganaderos forasteron entrasen a pastar al término bajo multa de 15 libras. Más tarde el asunto de los pactos de consolidó todavía más cuando en con el Real Privilegio de Villa Real de 1638, cuando la división entre pastos también afectó a las dos villas limítrofes.

  Por otra parte en 1697, se ganó un juicio contra el señor de Cox para que los callosinos pudieran apacentar sus ganados en los casales de Cox, sin ser necesaria recibir la confirmación o permiso de Cox.

  Volviendo al Real Privilegio de 1579, este concedió que las contribuciones de tierras y bienes que hasta la fecha cobraba Orihuela pasasen al erario callosino. Esto fue reforzado por la Real Cédula de 1629 en la que se mando que entonces o en el futuro, los vecinos o terratenientes, que eran o habían cambiado su domicilio de Callosa contribuyesen a las imposiciones y derramas como si se trataran de un vecino más. El Privilegio de 1638 vuelve a recoger esta demanda de pago.

  También se intentó favorecer al agricultor, ya que no se le permitía por causa civil o criminal expropiársele simiente, aperos, alimentos, ni animales de la familia. Del mismo modo se construyó un molino de tres muelas de harina, otro de arroz y otro de pólvora fuera de cualquier jurisdicción señorial.

  Al final Callosa logró la ansiada autonomía. Fue un proceso de largo recorrido que implicó numerosos litigios y por tanto un gran desgaste del erario callosino. El tiempo y el dinero fueron los medios necesarios para alcanzar la solvencia y equilibrio que buscaba el municipio callosino.

 


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