Para el estudio de la estructura de la sociedad, a principios del siglo XVII, David Bernabé Gil, elabora una clasificación en cuatro grupos atendiendo a criterios de grado de solvencia económica que él considera que al menos teóricamente equivaldrían a la cuantía de la tierra que se posee. Dicho esto elabora los siguientes cuatro grupos:
1- Patrimonios inferiores a 2,5 ha o grupo de la pequeña propiedad.
2- Patrimonios comprendidos entre 2,6 y 10 ha o grupo de mediana-baja propiedad.
3-Patrimonios comprendidos entre 10,1 y 25 ha o grupo de mediana-alta propiedad.
4-Patrimonios de la gran propiedad con cifras superiores a las 25,1 ha.
El grupo 1 supera el 50% en aquellas localidades donde la extensión de huerta es mayor y también el número de propietarios, este es el caso de Callosa del Segura. Esto también coincide con las localidades donde la calidad de la tierra es superior. Y dicho que superan el 50% podemos establecer que el grupo mayoritario de propietarios en Callosa es el de los pequeños propietarios, tal como suele ocurrir aunque de forma menos marcada en otros municipios de la Vega Baja, como Catral o Guardamar donde apenas se llega al 40%.
Si tenemos en cuenta que los propietarios poseedores de menos de 1 ha no es autosuficiente, podríamos decir que en el término de Callosa el 30% del total de propietarios no alcanza esta autosuficiencia. Siendo este grupo el predominante dentro de los propietarios de toda la Vega Baja.
En cuanto a la mediana-baja propiedad en callosa ronda el 36%, situándose como la segunda opción de propiedad. Respecto a los otros grupos decir que, el 14,3% de los propietarios acumulaba el 71% de la huerta o lo que es lo mismo el 70% de los propietarios se repartía el 16,4% de las tierras. Callosa, sin escapar a la tendencia general de esta acumulación de tierras, si que presenta una mayor distribución de tierras en comparación a las cifras de otras localidades.
Decir también que la base fundamental de la gran propiedad era una gran individual unidad de explotación, aunque también era común la posesión de oras parcelas complementarias repartidas por la huerta. El caso del gran propietario que había llegado a serlo mediante la adhesión de pequeñas parcelas era mucho menos frecuente.
Como conclusiones podríamos decir que existe una polarización entre las numerosas propiedades, pero de corta extensión, como los minifundios y las escasas propiedades pero de vasta extensión. Esta bipolarización no excluiría una reseñable presencia de la mediana propiedad.
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