Carlos Coloma fue un personaje muy importante de su época, con una brillante carrera militar fue nombrado gobernador del Perpiñán en el año 1600 y lugarteniente de los condados de Rosellón, Cerdeña y Conflent en el 1606. Posteriormente, fue nombrado embajador en Inglaterra pero tuvo que cesar en su puesto en el año 1624 para ser llamado de nuevo a Flandes, donde hacían falta sus consejos y experiencia. Es en estos momentos cuando se produce la toma de la plaza de Breda que se había convertido en un bastión y símbolo del protestantismo.
Breda estaba considerada como plaza inexpugnable y, por lo tanto, el plan de ataque asustaba a los españoles. El marqués de Spínola estaba al mando del ejército español y junto a él, como jefe de toda la infantería, Carlos Coloma. Spínola realiza una maniobra de engaño y termina sitiando Breda, a pesar de las burlas por la improbable victoria. Sin embargo, la capitulación se termina firmando el 2 de junio de 1625.
Este importante acontecimiento histórico fue inmortalizado por el pintor Diego Velázquez en su obra “La Rendición de Breda”, también conocida como “Las Lanzas”. En el cuadro aparecen retratados varios jefes y generales como Ambrosio Spínola, Alberto de Arenbergh, el príncipe de Neuburg, Gonzalo de Córdoba y Carlos Coloma.
Esta pintura de Velázquez fue realizada en 1635 por encargo del rey, la cual estaba destinada a decorar el Salón de los Reinos situado en el Palacio del Buen Retiro. En ella el pintor muestra la entrega de llaves de la plaza de Breda por parte del general Justino de Nassau el 5 de junio de 1625, tres días más tarde desde la rendición.
La composición pictórica de la obra está estructurada en el movimiento circular de los caballos que, junto con el efecto de las picas erguidas, consigue resaltar la parte del bando vencedor aunque sin disminuir al vencido. Además, las picas están dispuestas en forma de telón para que la vista no se pierda en el fondo, pero en el lado holandés sí deja abierto el fondo para contemplar el paisaje de Breda en llamas. Pero, ante todo, ambos grupos tendrán su punto de atención en el eje compositivo del cuadro: la llave.
Por último, cabe señalar que para realizar “La rendición de Breda” Velázquez se basó en el espíritu que había descrito el dramaturgo Calderón de la Barca en su obra El sitio de Breda1, la cual termina con las siguientes líneas:
JUSTINO: Aquestas las llaves son
de la fuerza, y libremente
hago protesta en tus manos
que no hay temor que me fuerce
a entregarla, pues tuviera
por menos dolor la muerte.
Aquesto no ha sido trato,
sino fortuna que vuelve
en polvo las monarquías
más altivas y excelentes.
ESPÍNOLA: Justino, yo las recibo,
y conozco que valiente
sois, que el valor del vencido
hace famoso al que vence.
Y en el nombre de Filipo
Cuarto, que por siglos reine,
con más victorias que nunca,
tan dichoso como siempre,
tomo aquesta posesión.
GONZALO: Dulces instrumentos suenen.
LUIS: Ya el sargento en la muralla
las armas de España tiende.
SARGENTO: Oíd, soldados, oíd.
¡Bredá por el rey de España!
ESPÍNOLA: ¡Y plegue al cielo que llegue
a serlo el mundo rendido
desde levante a poniente!
Y con esto se da fin
al Sitio, donde no puede
mostrarse más quien ha escrito
obligado a tantas leyes2.
yo tengo una replica de la pintura las lanza rendicion de breda