La reflexión sobre la película nos sugiera otras cuestiones que desarrollaremos a continuación: ¿Qué influencia tiene el azar en la Historia? ¿Por qué no suele aparecer el azar en los libros de Historia?
El azar puede resultar determinante en la historia, pero reducir el trabajo del historiador a narrar hechos notables nos conduciría al positivismo, el cual debería estar superado en la actualidad, en lugar de al desarrollo de otras tendencias que nos acercaran a la “Historia Total”. El historiador no es un mero narrador de hechos. El historiador debe comprender los procesos históricos para exponer a la sociedad una síntesis explicativa que le permita comprender, ya no solo el pasado, también el presente. Por lo tanto, su labor no puede reducirse a exponer de forma narrativa una serie de sucesos, porque no nos explican nada.
Fernand Braudel, figura destacada de la corriente historiográfica de los Annales, planteaba una visión de los tiempos históricos diferente a la tradicional:
Duración larga: Historia estructural, la que se encarga de explicar la relación del hombre con el medio
Duración mediana: Historia coyuntural, a la que le corresponde explicar los ciclos socioeonómicos y el destino del colectivo o del conjunto de la estructura social.
Duración corta: Historia episódica, que se encarga de hechos puntuales referidos a la política o a grandes hombres.
Para Braudel, la historia de larga y mediana duración es de vital importancia para comprender la Historia, despreciando lo azaroso, lo episódico.
Un ejemplo de episodio podría ser el atentado terrorista contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El hecho en sí no explica nada referente al nuevo orden mundial que se ha ido gestando tras la caída de la URSS, ni a la política exterior estadounidense, ni la situación en Oriente Medio.
La historia estructural y conceptual debe absorber los episodios, los cuales deberán ser integrados en planos explicativos más amplios para desarrollar un análisis completo. En un libro de Historia no debería aparecer una crónica de dicho atentado, no somos periodistas. Y porque el azar escapa a todo control por tratar de establecer un método científico a la Historia. Si aquel día los terroristas hubieran sido detenidos antes de secuestrar los aviones, la Historia no hubiera cambiado en términos de larga y media duración. A lo mejor no se hubiera producido, fruto del azar del éxito del atentado, la inminente invasión de Afganistán, pero la política exterior norteamericana en Oriente Próximo iniciada tras la I Guerra del Golfo (1991) no hubiera variado nada.