Incógnitas del Derecho

El Derecho no nace de lo alto, ni viene al mundo, exclusivamente, por obra de los legisladores o por las resoluciones que dictan los jueces, sino por conjunto de prácticas que se realizan socialmente. A medida que las sociedades avanzan en sentido democrático, el número de actores del Derecho crece, aunque ello no impide que haya sectores sociales y multitud de personas y colectivos a quienes el Derecho existente no les permite ser verdaderos actores, sino más bien seres pasivos, cuyas aspiraciones y expectativas se ven frustradas, no ya por las determinaciones del derecho objetivo, sino también por la manera en que éste se administra.
Pero a lo que voy es que, del círculo de actores jurídicos, desempeñan un papel destacado los propios estudiantes que se forman en las Facultades de Derecho. Los estudiantes no son jóvenes que se limitan a recibir enseñanzas y a rendir cuentas en los exámenes sino, precisamente, personas que adquieren destrezas y conocimientos, al tiempo que aportan nuevas ideas y soluciones jurídicas a los problemas que surgen en la sociedad que les toca vivir.
En este curso se han puesto en marcha los Trabajos de Fin de Grado (TFG) un requisito que los estudiantes universitarios tienen que cumplimentar, para obtener el Grado en Derecho, mediante la presentación de un ensayo jurídico que se somete a un tribunal evaluador.
Debo confesar mi agradable sorpresa al recibir una parte de dichos trabajos, los cuales se distinguen por su agudo sentido de la realidad, por sus planteamientos originales y por explicitar los retos que aguardan al Derecho, un orden en permanente evolución.
Las temáticas presentadas en esta ocasión apuntan a cuestiones de interés: «Las Consultas Secesionistas. Estudio comparado de Cataluña, Quebec y Escocia», de Aitor Capelo Giménez, que estudia las semejanzas y diferencias desde el punto de vista constitucional. «Escraches», de Valeria Pelegrín Naranjo, que trata de incluir este fenómeno en las categorías ius-fundamentales, tales como los derechos de reunión, manifestación y libre expresión. «La Maternidad Subrogada», de Rocío Cholbi Doblado, donde se plantea, ante el vacío legal existente en España, la problemática de la validez de los contratos al respecto. O, por último, «Derecho y Genética: El Cuerpo Humano como Dato», de José Francisco Torregrosa Ruz, referido al peliagudo problema que plantea la reducción del ser humano a puros datos genéticos que luego pueden ser utilizados por los poderes públicos y aprovechados por los privados en el contexto del proceso de mercantilización que afecta a cualquier aspecto de la vida de las personas, en detrimento del derecho a la intimidad.
Como decía, todas estas problemáticas tienen como denominador común la ambición de explorar las fronteras del Derecho e interrogarse sobre las posibles respuestas –nada fáciles de alcanzar, como los citados trabajos delatan– que deben conjugar, en todo caso, la coherencia jurídica con el respeto a los valores y principios éticos que están en juego.
Particular interés ha despertado el trabajo defendido por José Francisco Torregrosa Ruz, tutelado por el Dr. Chofre Sirvent. Amparado en la filosofía jurídica de juristas como Pietro Barcellona, Stefano Rodotá o Romeo Casabona, el autor se adentra en las consecuencias, en los diversos planos jurídicos, de la cosificación del ser humano por la vía de la información genética, hoy disponible en los bancos biogenéticos. Destacaré un párrafo: «El proceso de fragmentación y mercantilización no solo provoca la vulneración de la intimidad genética sino que conlleva también la vulneración de la dignidad y la libertad del ser humano, que deviene incapaz de controlar las injerencias externas sobre su cuerpo. La cuestión es dilucidar si este proceso está produciendo, adicionalmente, la reducción del cuerpo humano a datos. El derecho a la intimidad genética se convierte en una barrera fundamental para impedir estas injerencias: Sin embargo, se muestra ineficaz».
Como se puede deducir, las incógnitas están abiertas, especialmente la de si el Derecho disponible hoy es capaz hacerse cargo de las implicaciones que estas cuestiones plantean.
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Fuente: http://polop.cpd.ua.es/dossierua/REPOSITORIO/21-07-2014/INFORMACION/INCONGNITAS%20DEL%20DERECHO.jpg
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2014/07/21/incognitas-derecho/1527076.html

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El IBEC pretende constituirse en un espacio de reflexión sólido para todas las corrientes constitucionales que están eclosionando en ambas orillas del Atlántico a partir del conocimiento exhaustivo de la situación en la que viven los países iberoamericanos, y además, en un espacio de conocimiento de la situación iberoamericana y, de investigación del mismo ofreciéndose a los investigadores jóvenes más prometedores para que puedan seguir alimentando primero en su seno y más tarde en sus respectivos países de origen la riqueza de su pensamiento.
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