Palacio de Justicia. Sala 600. Juicios de Núremberg. 20 de noviembre de 1945.
Da gusto sentarse en esa sala y retrotraerse a esa época e intentar adivinar, audioguía en mano y oreja, cómo fue ese juicio que marcó un antes y un después en muchos aspectos, en especial, derechos humanos e interpretación simultánea.
Una sala majestuosa diseñada “espartanamente” para que los acusados de los crímenes de guerra no fuesen considerados personas importantes: Goering, Hess … y otros 20 acusados, que eran llevados a la misma en ascensor desde la cárcel adyacente. Tras el juicio fue devuelta a su diseño original.
El verdadero significado de esta sala: ” Que cuatro grandes naciones, exaltadas por la victoria y profundamente heridas por las injurias, retengan la mano de la venganza y sometan voluntariamente a sus enemigos cautivos a la sentencia de la ley es uno de los tributos más significativos que el poder le haya rendido a la razón”. (Robert H. Jackson, en discurso de apertura del juicio).
En la esquina izquierda de la sala, tras unos paneles de vidrio se encontraban los intérpretes que interpretaron simultáneamente el juicio, y por primera vez en la historia, en alemán, inglés, francés y ruso.
Este propósito de interpretación exigió una diligente preparación de documentos, actas, peticiones y declaraciones. Los traductores fueron de gran importancia en la búsqueda de pruebas adecuadas., ya que la evaluación de los documentos dependía de su trabajo. Se constituyó un servicio lingüístico compuesto por 350 personas que se estructuró en intérpretes simultáneos de las declaraciones, traductores de documentos, reporteros que levantaban actas de los procedimientos judiciales y miembros para edición y validación de textos.
La interpretación simultánea fue una novedad en la conducción de un caso judicial. Hasta entonces se empleaba la interpretación consecutiva. Los intérpretes simultáneos acortaron la duración del juicio, ya que casi podían hablar paralelamente a aquellos a los que estaban traduciendo, además de que esto le dejaba a los acusados un tiempo considerablemente menor a los en el contrainterrogatorio para preparar su defensa. Los intérpretes estuvieron sometidos a una gran presión psicológica y física, de modo que los errores no pudieron ser evitados. Por ello, el juicio entero fue grabado en el idioma original para poder defender posibles denuncias al mismo.
La sala 600, un lugar duro de explorar, pero sin duda más que recomendable, ya que de la historia se ha de aprender y en ocasiones nunca repetirla. Ha sido un placer poder visitarla e impregnarse de la excelente reconstrucción allí generada.
Siempre hemos comentado desde este blog la importancia de la misión de un intérprete en procesos de este calado y en todas sus disciplinas dentro del mundo globalizado en el que nos encontramos. Un trabajo loable y que ha de ser reconocido, ya que cualquier fallo puede costar muy caro, al intérprete y al interpretado. No en vano, se han de dotar a las universidades públicas de medios para preparar buenos profesionales en este sector, ya que los traductores e intérpretes serán de las profesiones más demandadas en el futuro.
Laboratorio de Idiomas
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