Hernández, M. Perito en lunas. Murcia: La verdad, 1933.
M. Hernández quiso hacer en este libro un homenaje tardío a Góngora, tal como ya lo hicieran los de la generación del 27, del que se dice que era un miembro tardío de esta. Tanto apostó en el empeño que no la entendió nadie, y Perito en lunas no tuvo en su momento el éxito esperado. De hecho, el libro durante tres décadas fue menospreciado por la crítica, que lo acusaba de deshumanizado conceptismo y de huera retórica, vacío de toda emoción y sentimiento. Por su dificultad, apenas se parece a sus nítidas y emocionales composiciones posteriores. El neogongorismo aparece en Hernández como vía de una poesía renovadora, cuya búsqueda será constante a lo largo de toda su obra. En Perito en lunas aprende Miguel Hernández, a través del cultivo de la metáfora gongorina, a transformar la realidad en palabra poética y a la conversión del lenguaje poético en un instrumento riquísimo para la expresión. Un lenguaje que le permite, para siempre, elevar a categoría poética lo humilde, lo cotidiano, y hasta lo rastrero y zafio.