El antagonismo entre la Monarquia Hispánica y Francia no tuvó fin. La rivalidad entre los dos Reyes, mientras hubó parentesis y tratados, nunca cesó.
Al final de mi estudio, lo que se desprende es que la frontera entre los conflictos de coronas, las ideas politicas y la rivalidad personal de los dos es muy borrosa. Francisco I nunca pudó olvidar que la corona española fue para un “extranjero”, que no pudó ser tampoco emperador del Santo Imperio Germánico, que su rival, una vez más fue preferido.
Por otro lado, Carlos V no pudó acceptar no tener la corona de Borgoña, y que Francisco I sea siempre el freino a sus ideas de unificación de Europa. Carlos V confió en que el Rey francés pudiera pasar de enemigo a colaborador para luchar contra la amenaza del emperio Otomano. Pero nunca fue posible. Francisco I fue siempre el aliado de los enemigos del emperador: Henri VIII, Luteros y Soliman el Manifico. Perdieron mucho tiempo en rivalidades personal cuando la verdadera amenaza era los turcos.
El balance de todos esos acontecimientos es que a pesar de todas sus diferencias, el punto común es que ambos no pudieron hacer todo lo que quisieron.
En 1547, Francisco I muere, lo que resolva la rivalidad de forma natural. Once años después será Carlos V.
Francisco I dejó su país al borde de una Guerra civil religiosa. Carlos V él, tendrá que dividir su herencia entre su hijo Felipe y su hermano Fernando, y por primera vez se separará la casa de los Hasburgos. El emperador nunca resolvó la questión religiosa, lo que realmente era importante para él, Francisco I él, nunca pudó ser emperador, en las cosas non hechas, si que hay puntos en común entre los dos.


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