Pero a pesar de esa continua destrucción del Mundo, para los aztecas el Universo se mantiene en una estructura permanente e intacta a lo largo de esas cinco creaciones. La estructura básica del Universo mexica se compone de tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. Los seres humanos vivimos en la Tierra, que es como un enorme disco situado en el centro del Universo. Rodeando a la Tierra hay un anillo de agua que conecta a la Tierra con el Cielo. El Cielo estaba estructurado, según la cosmovisión azteca, en forma piramidal compuesta por trece niveles, trece cielos que sirven de morada a los dioses. Los primeros cuatro niveles constituían el llamado Teteocán, que estaba ocupado por las tormentas, el sol, el firmamento, las estrellas, la luna, etc…. Los siguientes niveles del Cielo se conocían con el nombre de Ilhuicatl, donde se encontraban el Dios Rojo del Fuego, el lugar del Dios de la Estrella Blanca del Atardecer y el Dios Amarillo del Sol. El último nivel del Cielo, el más elevado, lo ocupaba el dios Ometecuhlti, el supremo creador de todo.
La Tierra por su parte, fue creada por los dioses inspirándose en el primitivo monstruo marino llamado Cipactli, con cuerpo de cocodrilo y de pez, así, la Tierra fue concebida por la mitología azteca como un enorme cocodrilo que flotaba sobre el mar original. Las esquinas de ese cocodrilo creado por los dioses fueron estirándose hacia arriba hasta poder sujetar el cielo. Con respecto a la creación de los seres humanos en esta quinta era, los aztecas atribuyeron esta labor al dios Quetzalcoatl. Como ya he señalado anteriormente, este dios es una de las divinidades principales entre los aztecas. Aparece como el dios del cielo y también es creador y es el sabio legislador. Quetzalcoatl organizó el cosmos original y participó en la creación y construcción de los mundos de los distintos periodos. Según cuenta la legenda, este dios descendió al Mictlán, el inframundo, y allí recogió los huesos de los seres humanos de los períodos precedentes. A su vuelta, él esparció su propia sangre sobre estos huesos para convertirlos en los seres humanos de esta quinta era. Quetzalcoatl gobierna el ciclo del quinto mundo y es quien creó en él, a los humanos.