Poco después de haber muerto María Tudor, Felipe II volvió a casarse. Esta vez con una princesa francesa hija del rey Enrique II, llamada Isabel de Valois.
Isabel fue la esposa más querida de Felipe II, tanto por él como por su pueblo. Era de carácter anímico y alegre, pero también era muy
joven. El monarca tuvo que esperar algunos años para poder casarse con ella, y después para poder consumar el matrimonio, ya que la reina todavía no tenía la menstruación. Cuando por fin, después de muchas dificultades pudo quedarse en estado, no estuvo exenta de complicaciones. Su primer embarazo terminó en aborto, y también le dejó un fallo renal para el resto de su vida. Su segundo y tercer embarazo llegaron a buen término, pero a parte de ataques de fiebres post-parto, en uno de ellos estuvo gravemente enferma. Llegó hasta tal punto, que el rey juró permanecer fiel a su mujer. Se dice que cuando la reina murió, fue la única vez que Felipe II lloró, y como señal de perpetuo luto,no volvió a vestir de otro color, que no fuese negro. Su entierro queda registrado en una poesía de Cervantes.
Isabel de Valois dejó viudo a Felipe II en la edad de 41 años, y habiéndole dado dos hijas.
España necesitaba un heredero varón. El príncipe Carlos había muerto, y al rey sólo le quedaba descendencia femenina. Así que se volvió a concertar una boda, a pesar de que el rey no deseaba volver a casarse por el recuerdo de su ultima mujer. La elegida fue su sobrina directa Ana de Austria, que debido a la gran admiración que sentía por su tío, accedió con gran dicha a convertirse en su esposa. Fue la que más descendencia engendró, y la mayor parte fueron varones, pero por desgracia sólo uno llegó a la edad adulta. Hijo que perdían, hijo que volvían a engendrar, según las fuentes, mientras la reina vivió. Pero poco después de la muerte de Ana de Austria, terminaron muriendo dos de los tres hijos que habían sobrevivido, quedando sólo el que sería Felipe III.
Si hay algo que caracteriza a esta esposa, es que supo ganarse el respeto como nueva reina de España, y supo ganarse su lugar al lado de su marido. Cuando aún no se habían casado, Ana se enteró de que Felipe II se casaría de negro por respeto a Isabel de Valois, y ella decidió vestir ropas de igual color en muestra del mismo respeto,ya que no deseaba sustituir a su predecesora, si no que quería que el rey comenzase una nueva etapa a su lado. Y también consiguió ganarse, incluso, el cariño filial de las hijas de Isabel.
Felipe II sobreviviría a su cuarta esposa dieciocho años más.
One reply on “Las cuatro lágrimas de Felipe II (2ª parte)”
Esta entrada me ha parecido muy interesante, ya que normalmente los cuatro matrimonios de Felipe II pasan desapercibidos entre las publicaciones históricas de divulgación; casi todas las obras recientes sobre las consortes reales de esta época se centran en personajes mucho más controvertidos como Enrique VIII y sus seis esposas. Además, este pequeño artículo resume muy bien el tema que trata.