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“Las faldas de Felipe IV”

Felipe IV de Austria, llamado el Grande, fue rey de España desde 1621 y su reinado se considera el más largo de la casa de Habsburgo. Bien conocida es la larga lista de hijos del rey, algunos de los cuales fueron fruto de sus relaciones extramatrimoniales, porque todo aquel que conozca a este monarca sabe que no era hombre de una sola mujer.

Con seis años le comprometieron con la que más tarde se convertiría en su primera esposa, Isabel de Borbón y de Médici. Hija del rey de Enrique IV de Francia y de María de Médici, se casó con Felipe IV cuando éste sólo era Príncipe de Asturias. Con el acceso al trono de Felipe se convierte en reina consorte. La pareja tuvo siete hijos de los que sólo sobrevivieron dos: un varón, Baltasar Carlos (Príncipe de Asturias) y una chica, María Teresa (reina de Francia por su matrimonio con Luis XIV). El joven príncipe Baltasar era visto como un sucesor digno por su gran intelecto y disposición al gobierno de España. Pero, por infortunios de la vida, murió con tan sólo 17 años, lo que dejó un vacío en la sucesión al trono.

Isabel fue una reina muy querida por el pueblo, de notable  inteligencia y extrema belleza. Sin embargo, esto no frenó los impulsos pasionales de su esposo.

La reina murió joven dejando la corona española sin sucesor.

En 1649, Felipe contrae matrimonio con Mariana de Austria (de apenas 14 años), hija del emperador Fernando III de Alemania y de María Ana de España. Desde pequeña estuvo comprometida con el hijo de Felipe, Baltasar Carlos, pero al morir éste  el rey vio en Mariana a la futura madre de sus hijos y de su sucesor.

El matrimonio tuvo seis hijos, de los cuales únicamente sobrevivieron dos (un niño y una niña, como en el matrimonio anterior): Margarita Teresa (que se convertiría en emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico al casarse con Leopoldo I), y Carlos, futuro rey de España como Carlos II.

La reina consorte sobrevivió a su esposo más de 30 años, y acabó sus días el 16 de mayo de 1696 debido a un cáncer de pecho.

Una curiosidad  de este segundo matrimonio es que ha sido llevado a la pequeña pantalla en la exitosa serie de ficción de TVE, “Águila Roja”, ambientada en la España de mediados del siglo XVII.

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Margarita de Austria: “La reina Madre”

Felipe III tenía dieciocho años, y era necesario casarlo. A esta decisión llegó Felipe II, al ver a su único hijo varón vivo llegar a la mayoría de edad. Pero tenía que ser una mujer capaz, que supliera las claras deficiencias que ya demostraba el príncipe.

Para ello se centró en alguna de las hijas de su primo el archiduque Carlos, que tenía cuatro hijas posibles. En un principio la inseguridad del príncipe, hizo que se jugara a suertes quien sería su futura esposa, saliendo elegida por pura suerte Margarita. El rey al enterarse de esto monta en cólera, y decide elegir él mismo a su futura nuera, eligiendo a las dos mayores.

Esto se explica de la siguiente manera, el rey elige a la mayor, pero cuando van a establecer las negociaciones para el matrimonio se enteran de que ha muerto de gripe. Por lo que el rey elige a la siguiente en edad, pero vuelven a enterarse de que también a muerto, así que la siguiente en la lista era Margarita. Curioso que la que había sido elegida por pura suerte, terminase siendo elegida finalmente.

La reina de España cumplió con sus funciones maritales y maternales, lo que es digno de mención, ya que en su matrimonio tuvo ocho embarazos, quedando completamente débil y enferma, debido a los continuos excesos de sus prácticamente interrumpidos embarazos. Al final al ponerse de parto de su octavo hijo, la reina completamente exhausta termina muriendo, siendo seguida poco después por su último hijo.

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Las cuatro lágrimas de Felipe II (2ª parte)

Poco después de haber muerto María Tudor, Felipe II volvió a casarse. Esta vez con una princesa francesa hija del rey Enrique II, llamada Isabel de Valois.

Isabel fue la esposa más querida de Felipe II, tanto por él como por su pueblo. Era de carácter anímico y alegre, pero también era muy

3ª esposa de Felipe II
La reina amada

joven. El monarca tuvo que esperar algunos años para poder casarse con ella, y después para poder consumar el matrimonio, ya que la reina todavía no tenía la menstruación. Cuando por fin, después de muchas dificultades pudo quedarse en estado, no estuvo exenta de complicaciones. Su primer embarazo terminó en aborto, y también le dejó un fallo renal para el resto de su vida. Su segundo y tercer embarazo llegaron a buen término, pero a parte de ataques de fiebres post-parto, en uno de ellos estuvo gravemente enferma. Llegó hasta tal punto, que el rey juró permanecer fiel a su mujer. Se dice que cuando la reina murió, fue la única vez que Felipe II lloró, y como señal de perpetuo luto,no volvió a vestir de otro color, que no fuese negro. Su entierro queda registrado en una poesía de Cervantes.

Isabel de Valois dejó viudo a Felipe II en la edad de 41 años, y habiéndole dado dos hijas.

España necesitaba un heredero varón. El príncipe Carlos había muerto, y al rey sólo le quedaba descendencia femenina. Así que se volvió a concertar una boda, a pesar de que el rey no deseaba volver a casarse por el recuerdo de su ultima mujer. La elegida fue su sobrina directa Ana de Austria, que debido a la gran admiración que sentía por su tío, accedió con gran dicha a convertirse en su esposa. Fue la que más descendencia engendró, y la mayor parte fueron varones, pero por desgracia sólo uno llegó a la edad adulta. Hijo que perdían, hijo que volvían a engendrar, según las fuentes, mientras la reina vivió. Pero poco después de la muerte de Ana de Austria, terminaron muriendo dos de los tres hijos que habían sobrevivido, quedando sólo el que sería Felipe III.

Si hay algo que caracteriza a esta esposa, es que supo ganarse el respeto como nueva reina de España, y supo ganarse su lugar al lado de su marido. Cuando aún no se habían casado, Ana se enteró de que Felipe II se casaría de negro por respeto a Isabel de Valois, y ella decidió vestir ropas de igual color en muestra del mismo respeto,ya que no deseaba sustituir a su predecesora, si no que quería que el rey comenzase una nueva etapa a su lado. Y también consiguió ganarse, incluso, el cariño filial de las hijas de Isabel.

Felipe II sobreviviría a su cuarta esposa dieciocho años más.

4ª esposa de Felipe II


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Las cuatro lágrimas de Felipe II 1ª parte

Felipe II es considerado como uno de los reyes más importantes de la historia de nuestro país. Lleno de logros profesionales, la vida personal del monarca, en cambio, se caracteriza por ser completamente desgraciada. Cosa muy común en su familia, aunque anteriormente fuese sólo en las mujeres. Felipe II tuvo cuatro esposas, y las sobrevivió a todas.

La primera fue María Manuela de Portugal, prima hermana de Felipe II. El primer y único embarazo que tuvo fue desde el principio1ª esposa de Felipe II complicado, y al llegar la hora del parto fue tremendamente doloroso y difícil, durando dos días. En una completa agonía, y a pesar de todos  los remedios caseros de las matronas, María Manuela de Portugal dio a luz al primogénito del futuro rey de las Españas; el príncipe Carlos. Sin embargo de un parto así de complicado, el final del mismo estaba escrito, María Manuela murió cuatro días después de dar a luz. Felipe II quedó viudo a los 18 años.

Como curiosidad de la vida de casados de la pareja, se dice que el emperador Carlos I aconsejó a su hijo que no se excediese en la relaciones sexuales con su mujer, no le fuese a pasar lo que ha su tío el príncipe Juan, que por tener esos excesos murió a los pocos meses de casado. Tanto empeño tomó, que ordenó separar a la pareja en su noche de bodas, eso sí después de estar seguros de que habían consumado.

2ª esposa de Felipe II
La reina española que nunca pisó España

La segunda fue María Tudor, hija del famoso Enrique VIII y Catalina de Aragón. Se dice de ella que físicamente era fea, de voz hombruna y de rasgos duros, pero a la vez que era de carácter honesto y de educación esmerada. El matrimonio fue concertado por Carlos I, y a pesar de las pocas ganas de su hijo de contraer matrimonio con su tía, acabó acatando los deseos de su padre. Tenía 26 años cuando se volvió a casar, contando la reina inglesa con 39. A pesar de que el aspecto de María no levantase pasiones, Felipe II cumplió sus obligaciones meatrimoniales, y a los tres meses de casados la reina sospechó que estaba embarazada. Grande fue la alegria de Felipe al pensar que su sacrificio había sido recompensado, pero por desgracia, a pesar de que María experimentaba todos los síntomas, no estaba embarazada. Se ha supuesto que debido a una enfermedad, María Tudor era estéril, y que esos síntomas que experimentaba, se trataba de un embarazo psicológico. Lo peor fue que lograron convencerla de que esa enfermedad y por consecuencia, el no poder tener hijos, era debido a un castigo divino por no haber terminado la caza de los infieles. Meses después terminaron muriendo en la hoguera entre doscientos y mil herejes, lo que le dio el nombre de Bloody Mary.

Posteriormente debido a varios motivos, el contacto entre los esposos fue por carta y escaso. María Tudor murió envejecida y sola,siendo reina de España pero sin llegar a pisar suelo español.

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“Matrimonio político pero feliz”

El hijo de Juana de Castilla y nieto de los reyes Católicos se convirtió en rey heredando los territorios de sus padres, así fue nombrado Carlos I de España por su madre y Carlos V de Alemania por su padre (Felipe “el Hermoso”).

Sólo tuvo una esposa, Isabel de Portugal. Aunque tuvo un torrido romance con Germana de Foiz (la viudad de su abuelo).

Isabel de Portugal, también conocida como Isabel de Avis y Trastámara era una infanta protuguesa, hija del rey Manuel I de Portugal y de María deAragón y Castilla.

Su matrimonio con Carlos tuvo lugar en los Reales Alcázares de Sevilla el 11 de marzo de 1526. La dote que aportó Isabel fue una de las más cuantiosas de la época.

Tuvieron 6 hijos: Felipe, María, Fernando (que murió al año siguiente de nacer), Juana, Juan (que también muere al año de nacer) y Juan (en cuyo parto murió Isabel).

Si bien este matrimonio (como tantos otros) fue una alianza política, también hay que decir que fue una pareja feliz y que a la muerte de Isabel, el emperador no volvió a contraer matrimonio.

El primogénito (y el único varón que sobrevivió), Felipe, fue el heredero de sus padres y se convirtió en Felipe II de España.

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Germana de Foix: “la segunda esposa”

Bien conocida es la alianza matrimonial entre Fernando el Católico e Isabel, que como ya contamos en la primera entrada fue una vida muy triste la de esta reina.

Lo que no todo el mundo sabe es que a la muerte de Isabel, el rey contrajo segundas nupcias, cosa que no es de extrañar ya que era lo normal en esa época. La “afortunada” fue una princesa francesa, Germana de Foix.

Y como cabe esperar de estos enlaces no fue una matrimonio por amor sino por una alianza francoespañola, ya que Germana era la sobrina del rey Luis XII de Francia. En el pacto entre los dos monarcas Luis XII estipuló la cesión del derecho dinástico del reino de Nápoles y el título de rey de Jerusalem a su sobrina, y estableció que estos derechos regresarían a Francia si no lograran descendencia. Esta maniobra política no se vió con muy buenos ojos entre los nobles castellanos, que lo interpretaron como una forma de impedir a Juana I y Felipe “el Hermoso” la herencia del trono.

Este matrimonio se llevó a cabo en 1509 cuando Germana sólo tenía 18 años y el rey Fernando tenía 53. (Por lo que podemos decir que no sería el “sueño” de la princesa francesa, casarse con un hombre tan mayor.) La pareja consiguió engendrar un hijo, pero que no llegó a sobrevivir más de unas horas, lo que rompía con las expectativas de la alianza.

En 1516 muere Fernando dejándole unas rentas y pidiéndole a su nieto Carlos I que se hiciera cargo de ella, quien lo hizo al pie de la letra ya que inició una apasionada relación con su abuelastra de la que nació una niña (que naturalmente no fue reconocida como hija del emperador). No obstante, para mantener su imagen, concertó el matrimonio de Germana con Fernando, marqués de Brandeburgo, pero en poco tiempo Germana volvió a enviudar. Problema que el emperador solucionó de nuevo casándola con Fernando de Aragón, duque de Calabria.

A los 49 años de edad muere en Liria. Sus restos descansan en una masia llamada “el Espinar”, y en su lápida original reza:

«En este histórico monasterio a la sazón de los monjes Jerónimos falleció 15 de octubre de 1536 siendo Reina Gobernadora de Valencia Germana de Foix esposa que fue del rey D. Fernando el Católico, Marquesa de Brandemburgo y Duquesa de Calabria. Cien clérigos con antorchas acompañaron sus restos mortales hasta Valencia, donde reposan en el Monasterio de S. Miguel de los Reyes. In memoria scripsit ».

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Catalina de Aragón: reina consorte de Inglaterra

Catalina de AragónNacida el 16 de diciembre de 1485 en Alcalá de Henares, Catalina pasaría pronto a formar parte de los planes dinásticos de sus padres, los Reyes Católicos.

Rubia, de ojos azules al igual que su madre, pese a que el cine se empeñe en representarla morena para justificar su origen español. Descendiente de la familia Lancaster, se convertirá en reina de Inglaterra al casarse con Enrique VIII.

Pero su historia comienza bastante antes.

En su empeño por aislar a Francia, los RR.CC. pactaron el matrimonio de su hija Catalina con el primogénito de Enrique VII, Arturo príncipe de Gales. El matrimonio duró muy poco, ya que el príncipe murió por una enfermedad pocos meses después del enlace.

Su segundo marido sería Enrique VIII (unos cinco años menor), el siguiente en la línea sucesoria inglesa, pues al quedar viuda y viendo peligrar los intereses de las coronas inglesa y española se decidió negociar este matrimonio.

A la muerte de Enrique VII en 1509, Enrique VIII y Catalina se convierten en los reyes de Inglaterra. A pesar de ser española, siempre tuvo el apoyo de sus súbditos, tanto como princesa de Gales como reina de Inglaterra.

Si bien hasta ese momento la vida de Catalina ya era desdichada, habiendo tenido que casarse por obligación y soportando la muerte de su primer esposo, la situación no mejoró.

Además de soportar los constantes líos de faldas de su querido esposo, tendría que ser víctima de innumerables desprecios al ser incapaz de darle un heredero varón al rey de Inglaterra.

La consecuencia final de estos conflictos y la aparición en escena de Ana Bolena, llevan a Enrique VIII a pedir la nulidad matrimonial para casarse con esta última. Cosa que consigue al separarse de la Iglesia católica y convertirse en el jefe supremo de la Iglesia anglicana.

Así pues, la historia de Catalina como la de su madre y la de su hermana Juana, se ve envuelta por la desgracia, ya sea por las numerosas infidelidades de su esposo como su incapacidad para engendrar un hijo varón que sobreviviera.

Como ejemplo de los desplantes que tuvo que soportar, aquí adjunto un vídeo de la serie de televisión basada en los Tudor (dinastía de Enrique VIII).

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(Recalco que el rey Enrique VIII que aquí aparece, ni que decir cabe, que es totalmente distinto al verdadero)

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JUANA I DE CASTILLA “LA LOCA”

Juana I, posteriormente llamada “la loca” nació el 6 de noviembre de 1479 en Toledo. Educada por su madre y por Isabel de Palencia, Juana era una buena oradora, inteligente, culta, dominaba el latín y el francés, y tocaba el clavicordio y el monocordio, el orgullo de sus padres.

Por una política de alianzas, los reyes católicos la comprometieron con Felipe de Habsburgo, posteriormente conocido como “el hermoso”. El deseado encuentro se realizó el 18 de octubre en Lille, y cuentan que cuando se conocieron todo fue excitación y deseo, llegando a obligar al archiduque a organizar una pequeña boda secreta. Ironía teniendo en cuenta que posteriormente Felipe el hermoso sería conocido por sus numerosos romances amorosos.

Al año de matrimonio se anuncia el embarazo de Juana y empiezan a percibirse cambios de conducta, el más “alarmante” fue el abandono de los cultos religiosos. Al tener a su hija Leonor, Juana se dedicó al cuidado de su hija dejando a un lado las fiestas y el bullicio palaciego, lo que hizo que muchos murmurasen algo sobre “desequilibrio mental”

Al año siguiente se anuncia su 2º embarazo, los trastornos psíquicos estimulados por una serie de desdichas y menosprecios por parte de sus más allegados, le hicieron ganar el apodo “la loca”. Nace Carlos y declaran a Juana heredera de Castilla, lo que provoca la ambición de Felipe por hacerse con la corona. Su propio marido contribuyó a la locura, los celos de Juana se convierten en obsesión.

Después de otro embarazo, durante el cual, muere su madre, es declarada reina de Castilla, es recluida en Flandes por su marido y nace su hija María. Poco después Felipe muere desatando la “locura” de Juana, llegando a negarse a enterrar el cadáver y llevarlo a donde ella fuera, incluso abrir el ataúd, besar y abrazar al cadáver. Es recluida en Tordesillas con su última hija Catalina, donde permanecería el resto de sus días.

No hay que juzgar duramente a Doña Juana ya que 40 años de prisión, maltrato, tortura moral, manipulada por sus allegados, separada de su hija (su única compañía) y olvidada de todos, era lógico que su estado mental se fuese deteriorando, y que fomentaran la esquizofrenia heredada de su abuela materna Isabel de Portugal.