Comentario Mapa -11-Expansión del Reino de Pamplona hasta Sancho el Mayor (905-1035)

En los inicios del siglo X coagula de modo definitivo y se desarrolla espectacularmente el reino de Pamplona gracias a las dotes personales en el dinamismo de un retoño de la estirpe Jimena que por un excepcional conjunción de factores, releva a los Iñigo en la jefatura de los vascones del Pirineo occidental, Sancho Garcés I (905-925) señoreo las tierras de Pamplona y de Degio extendió su hegemonía al condado de Aragón esquivó los zarpazos del futuro califa Abd al-Rahman III condujo a sus guerreros a través del Ebro hasta la Alta Rioja el “reino de Najera”, receptáculo de gentes y tradiciones que contribuyeron sin duda a comunicar a la monarquía pamplonesa unos ideales y unos alientos netamente cristianos.

Quizá no puede comprenderse este fabuloso despliegue si no se piensa en una cierta plenitud demográfica de los reductos pirenaicos y en la madurez de una sociedad que reaccionando positivamente a unos estímulos reiterados siglo tras siglo, había desarrollado unas bases espirituales una contextura interna y unos mecanismos aptos para el gobierno de ámbitos cada vez más amplios.

La reacción cordobesa apenas rozó en la segunda mitad del siglo X las nuevas fronteras de los reyes de Pamplona y éstos mantuvieron y refrescaron sus conexiones con los núcleos cristianos vecinos en un política matrimonial que ayuda a explicar el brillo y el sorprendente ensanchamiento de la monarquía en el primer tercio del siglo XI. Sancho el Mayor (1004-1035) que no desatendió sus fronteras con el Islam y supo imponer respeto al régulo musulmán de Zaragoza fue respondiendo eficazmente a los compromisos que su dinastía que él mismo habían contraído.

La tutela de los derechos que podían corresponder a su mujer doña Mayor, le condujo al condado de Ribagorza para restaurar el orden e implantar su soberanía moviendole luego a ocupar el vacío de autoridad que en Castilla había dejado el asesinato del joven conde García.

Razones de índole familiar abonaron igualmente sus frustradas pretensiones a la sucesión del ducado de Gascuña y le animaron al parecer, a coadyuvar la pacificación del reino leones en la minoridad de Bermudo III y esta trayectoria política tan consecuente, reportó mayor prestigio y sustanciosas ganancias territoriales a la boyante monarquía pirenaica que consolidó su protectorado en la enigmática Vasconia de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, anudó por otra parte amistosas relaciones con el condado barcelonés y fue preparando la plena integración de la Hispania cristiana en el concierto europeo occidental.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *