El crol es un estilo fácil de aprender. El nadador se encuentra en posición de tendido prono, manteniendo la cara sumergida en el agua la mayor parte del tiempo.
Para no generar una descompensación de la columna, lo aconsejable es aprender a respirar por los dos lados.
Cuando nadamos a crol, nos desplazamos ventralmente, realizando un movimiento alternado de los brazos, respirando de forma lateral y con un movimiento alternado de las piernas.
Los músculos que se trabajan cuando nadamos crol son: dorsal, tríceps, cuádriceps, pectoral, psoas iliaco y bíceps.
Lo correcto del movimientos en la técnica de crol es:
- Posición del cuerpo: El cuerpo se coloca casi en posición horizontal,
- Movimiento de las piernas: Las piernas estarán extendidas y originarán una espuma continuamente. A su vez, los tobillos estarán relajados. Las rodillas se sitúan por debajo del agua, sin rebotes. Los movimientos principales de las piernas son descendente y ascendente.
Existirá una coordinación correcta de batido-brazada (normalmente 6 batidos cada ciclo completo de brazos).
- Movimiento de los brazos: Acción alternativa de los brazos: mientras un brazo se está moviendo hacia abajo, el otro se está desplazando hacia arriba.
Diferenciamos entre la tracción (fase acuática), donde encontramos cuatro fases: entrada, agarre, tirón y empuje y, el recobro, que forma parte de la fase aérea.
Tracción (fase acuática):
– Entrada: La mano derecha entra en el agua directamente enfrente de su hombro. El brazo debe de estar ligeramente flexionado, con el codo por encima de la mano. La muñeca se mantiene flexionada unos grados desde la línea del antebrazo. Los dedos entran en primer lugar.
Debe deslizarse dentro del agua con la palma de la mano hacia abajo y hacia afuera de nuestro cuerpo, siendo el dedo pulgar el que primero toma contacto con el agua.
El brazo izquierdo está a mitad del camino de su fase propulsora.
– Agarre: Cuando la mano entra en el agua, el codo debe estar casi extendido. En este momento irá aumentando gradualmente la tracción.
– Tirón: Se inicia cuando la mano comienza a dirigirse hacia atrás. Con el fin de empujar el agua con la mayor superficie posible, colocaremos el codo hacia el exterior. El tirón se dirige hacia la cadera opuesta, tras rotar los hombros y girar el cuerpo, quedando la mano en una buena posición para entrar en la fase de empuje de la brazada.
– Empuje. La mano se desplaza hacia arriba, atrás y adentro. La palma de la mano cambiará de dirección manteniéndola en ángulo recto con la dirección del empuje.
Recobro (fase aérea): Esta fase comienza cuando la mano está dentro del agua. El hombro es lo primero que sale del agua, gracias al rolido, a continuación saldrá el codo, gracias a la flexión del brazo, seguidamente sale el antebrazo y por último la mano. Finaliza esta fase con la entrada del brazo al agua estirado.
· Respiración: Va ligada al movimiento de brazos y se produce mediante una espiración en inmersión y una inspiración acompañando el movimiento de uno de los brazos mediante un giro de la cabeza.
Es aconsejable un ritmo de una respiración por cada tres brazadas. Así, aprenderemos a respirar por los dos lados, evitando la aparición de asimetrías en el desarrollo muscular debidas a la repetición de la respiración siempre por el mismo lado.
· Coordinación: Hay que coordinar el movimiento de los brazos con la respiración (inspirar cada tres brazadas) y coordinar el movimiento de brazos y pies (seis patadas por cada ciclo de brazos).