Aunque nuestro campo de interés es la lengua y la literatura clásica y moderna, quiero hoy dedicar un post al griego neotestamentario.
Ante la importancia que la oralidad está adquiriendo recientemente en la metodología de las lenguas clàsicas y el papel fundamental que las nuevas tecnologías pueden aportar en ella, algunos colegas empiezan ya a cuestionarse cuál debiera ser la pronunciación correcta en la enseñanza-aprendizaje del griego antiguo, habida cuenta de las inconsistencias de un sistema artificial como el erasmiano. Mi posición al respecto no podía ser otra: si su utilización para el aprendizaje del griego clásico es científicamente cuestionable, menos justificado está aún su aplicación al griego de época helenística, en la cual se han producido ya la mayor parte de cambios en la pronunciación que se mantendrían en la lengua griega hasta nuestros días.
A pesar de todo, muchos colegas siguen esta convención para los textos neotestamentarios -hay incluso quien lo utiliza arbitrariamente para los papiros medievales griegos!-. La falta de bibliografía y materiales de apoyo sobre la pronunciación griega ya no sirve, sin embargo, de excusa. Almenos no la tienen los estudiantes y profesores de habla inglesa. Al excelente trabajo del profesor C. C. Caragounis, The Development of Greek and the New Testament: Morphology, Syntax, Phonology, and Textual Transmission, publicado en Tübingen en 2004, se suma ahora un nuevo manual didáctico publicado en 2011 por el Dr. Philemon Zachariou que viene a cubrir este vacío: Reading and pronouncing Biblical Greek. Historical Evidence of Authentic Sounds.
La obra consta de dos partes. La primera ofrece un detallado análisis teórico acerca de la evolución del sistema fonológico griego desde el griego preclásico y la Koiné hasta nuestros días. En este apartado se muestran diversas pruebas que evidencian la antigüedad de la pronunciación actual y que legitiman su utilización no sólo para el aprendizaje del griego postclásico, sino también del griego clásico. Al tiempo que defiende la pronunciación histórica griega, Zachariou presenta la inconsistencia que presentan las distintas versiones nacionales del sistema erasmiano. El autor señala además los factores extralingüísticos que influyeron en la expansión del sistema erasmiano. Entre ellos se hace incapié en la carencia de una voz nacional griega que pudiera defender la cuestionada continuidad de la lengua griega en Europa durante el periodo de dominación otomana. Se hace mención también a la decisiva autoridad de filólogos erasmianos ingleses como Sir John Cheke y Sir Thomas Smith. Se rebaten también algunos de los argumentos de tipo pedagógico que se utilizan para rechazar la genuina pronunciación griega. En relación, por ejemplo, al tema de los alógrafos del sonido i se alude a la importancia del contexto en el significado de las palabras.
La segunda parte tiene carácter práctico. Incluye varias lecciones sobre el alfabeto, los sonidos vocálicos y consonánticos y los signos diacríticos, con sus correspondientes ejercicios. El manual incluye CD con audios de las actividades y lecturas de textos bíblicos.